La Ciudad

Apasionado por la aventura, compró una traffic, la equipó y sueña con recorrer el país

Roldanense por adopción, Rogelio acondicionó su camioneta modelo ‘92 con múltiples instalaciones y elementos. Su deseo es poner primera y viajar por las rutas nacionales.

Por: Nicolás Galliari

Existen sueños que uno suele estirar, pensar que tal vez el día de mañana será el que permita llevarlo a cabo. Hasta que las condiciones, de pronto, son las adecuadas. Es el caso de Rogelio Stelzer, un joven que vive hace cinco años en Roldán y sueña con recorrer el país a bordo de una traffic que compró a comienzos de 2020. La equipó, trabajó en ella durante todo el año, le hizo las instalaciones y ya se aventura en conocer cada punto, por más recóndito que sea, del suelo nacional. Su objetivo es empaparse de formas de vida y culturas.

La idea la heredó de su padre, quien tiene una igual hace tiempo y, desde que Rogelio era chico, le contagió eso de soltarse y echarse a andar. El hombre y su esposa cargaban a su hijo y sus cuatro hermanos en el auto y ponían primera, sea cual fuere el destino y más allá de que la billetera no sea abultada. El propósito era desprenderse de aquello que los ataba y viajar, lo mismo que hoy persigue este vecino de Acequias del Aire, oriundo de San Nicolás. Un joven apasionado por la aventura, pero también por la tarea de acondicionar su vehículo.

Compró su camioneta modelo ‘92 antes de la pandemia y el teletrabajo le ayudó a tener más tiempo para prepararla. Se conectaba a sus quehaceres por la mañana y dedicaba la tarde entera a trabajar con la traffic. “La pelé y le hice prácticamente todo, como chapería y pintura completa por mi cuenta y tapizados. Lo fui haciendo solo, me llevó tiempo. Me basé muchísimo en las redes; por ejemplo, pones #vanbuilding o #camperización, y hay un montón de información”, cuenta a El Roldanense. Se decidió por ella después de ver muchas otras porque “dentro de todo, es fácil de mantener”.

Rogelio le hizo instalación eléctrica, de agua y revistió todo el interior con madera machimbre. Fue un trabajo arduo, pero todo comenzó a tener sentido cuando vio los resultados. Sin saber casi nada de carpintería, se las ingenió, compró las herramientas e hizo las alacenas. Le colocó paneles solares para así tener energía en cualquier lugar, una cama, una pequeña heladera frigobar, una garrafa de 5 kilos y una anafe de dos hornallas. “La parte mecánica la hizo un vecino del barrio, Nicolás, que me ayudó mucho”, agrega. Ese espacio de 1,75 metro por 1,20 es hoy su lugar en el mundo.

A partir de las limitaciones de espacio, tuvo inventiva para sacar provecho de cada lugar. “Ya casi estoy por terminar la camperización, me falta muy poco. Solo falta la parte del baño y la ducha, por eso en el primer viaje que hice debí parar mucho en campings”, relata. Le colocó alarma y piensa agregarle dirección hidráulica, para un mejor confort de manejo. La traffic tiene un motor naftero 2.0 y un equipo de GNC.  “Yo puedo cambiar de auto o lo que sea, pero esa camioneta no se vende ni se cambia. No hay otra igual, aparte la hice de cero”, dice con la sonrisa de quien ve su sueño realizarse.

El último año lo alejó del trabajo presencial, algo que asegura que fue un alivio para concretar su fin. Comenzó a trabajar desde casa y, en el futuro, podrá conectar ambos puntos, su labor y el viaje. “Hace unos cuatro años entré a una empresa, Microcom, que importa productos de tecnología y los distribuye en la Argentina. Y a partir de ellos, tuve contacto con marcas de China y otras partes del mundo”. Surgió una vacante, hizo la entrevista laboral y lo tomaron, por lo que hoy es gerente de ventas en Latinoamérica. “Me viene genial para hacer lo que quiero, que es recorrer. A ellos no les interesa en qué sitio esté, sino que cumpla y desarrolle mis tareas”, apunta.

A Rogelio le apasiona viajar y descubrir, pero también compartir. “Me gusta mucho hablar, conocer gente e historias. Siempre he tenido eso de que, cuando conozco a alguien, le pregunto todo. Por ahí hay gente a la que le gusta hablar y otra a la que no. Hay veces que enganchas a alguien como vos: qué es de tu vida, cómo arrancaste, dónde estudiaste. Está bueno porque de las historias del resto siempre algo me queda para contar el día de mañana”, narra este roldanense que también va más allá y, junto a recorrer el país, se ilusiona con saltar a Uruguay o Perú.

El exordio de su gen aventurero estuvo en los viajes familiares, aunque también cuando hace un tiempo regresó de una travesía por el sur en la que se dedicó a disfrutar de la naturaleza. Actualmente, piensa en viajar a Mendoza una vez el contexto lo permita, y va más allá con la idea de estar en el norte antes del verano. “Soy de tirarme para la naturaleza, si bien me gustan los lugares turísticos y aquellos donde hay más gente. Prefiero playas más tranquilas, la montaña, el trekking o la bici. Ojo, es lo que a mí me gusta, hay gente que prefiere otro tipo de comodidad”, expresa.

A principios de año, hizo el primer viaje largo con su van, aunque también sabe utilizarla por Roldán para darle rodaje. Compartió el viaje con su expareja y sus padres, un deseo que tenía pendiente. Viajaron en dos vehículos similares a la costa y estacionaron en playas tranquilas, sin demasiado movimiento. Aprovecharon para desconectarse, armar campamento en diversos lugares, compartir tanto puestas de sol como tormentas e ir moviéndose. En fin, el mismo objetivo del viaje que prepara Rogelio. “No hace falta vacacionar en un cinco estrellas, sino estar tirado en una reposera o una manta y decir ‘con esto estoy bien’”, amplía.

En su cuenta de Instagram sube fotos de la camperización y pretende ir actualizando contenidos con sus viajes. Recibe múltiples consultas allí de personas que quieren largarse a hacer lo mismo. “Hay muchas formas de encarar un proyecto así. A mucha gente le digo que arranque comprando la camioneta, sabes la cantidad de trabajo a coste cero que hay… limpieza, desarme. Hasta que uno empieza realmente a gastar plata, hay un montón de trabajo previo”, dice mientras brinda tips elementales. También, aconseja comprar una traffic, ya que “es económica, hay por todos lados y, por lo menos en Argentina, tenes repuestos en cada esquina”.

“Me interesa mucho conocer lugares, historias, gente. Mi idea es ver culturas, en nuestro país hay una diversidad muy grande, ya sea en formas de pensar, de trabajar o comidas”. Lo esencial está, la camioneta es servicial a lo que pretende Rogelio, el joven autodidacta y curioso que viajó a Rosario para estudiar a sus 18 años y se radicó definitivamente en esta región. Y pone la vista más allá: “Apenas la pandemia me dé lugar y se normalice esta situación, o cuando se abran las rutas, voy a organizar el segundo viaje”.