Clasificó a competencias de ultramaratón en Alemania y Brasil y pide ayuda para poder viajar
Sergio Vergara es un corredor que vive en Ibarlucea y desde hace varios años reparte su tiempo entre el trabajo, su familia y su carrera como atleta. Logró marcas para representar a Argentina en el exterior, pero precisa de apoyo económico para costear los viajes
Por Aquiles Cadirola
La historia de Sergio Vergara es la de tantos atletas argentinos en disciplinas que no reciben el mismo apoyo que los deportes más populares. Por eso cada logro que tiene se disfruta el doble, porque cada gota de sudor que emana su cuerpo al correr representa todo el esfuerzo y sacrificio que hay detrás de cada competencia. Viene de conseguir el primer puesto en el campeonato de ultramaratón Las 24 horas de Puerto Madryn, donde además de lo extenuante en sí que es esta carrera, también tuvo que luchar contra una feroz tormenta de viento y lluvia.
Hay dos tipos de ultramaratón, las que están definidas netamente por la distancia, donde se puede correr 50, 100 o 160 kilómetros. La otra variante es la que afrontó en el sur del país este deportista nacido en Capital Federal que hace algunos años eligió Ibarlucea, localidad ubicada a apenas 10 minutos de Roldán, para vivir junto a su familia. Allí logró la marca que le sirvió para clasificar tanto al Mundial que se disputará en Berlín, Alemania, como al Continental en Brasil representando a la selección argentina. Una vez que se confirme su lugar en el combinado albiceleste, llegará el momento de costear el viaje por lo que pide ayuda al gobierno provincial, comunal y a empresas que lo sponsoreen para poder llegar a estos destinos y cumplir un sueño más.
¿Qué sentís tras conseguir el 1er puesto en el campeonato de ultramaratón Las 24 horas de Puerto Madryn?
Haber logrado un primer puesto en un Ultra Maratón de 24 horas, es hoy casi un sueño después de 3 o 4 años desde que empecé y pasé de la montaña a la pista. Trabajé dos años en toda la pandemia para cambiar todo lo que eran mis entrenamientos, cambié de entrenador y todo eso me llevó todo un cambio personal. Lograr las 24 horas es un sueño y lograr una marca que me sirva para pelear en la selección, imagínate.
¿Cuál fue la principal exigencia que tuvo esta competencia? ¿Comparable con cual otra que tuviste hasta ahora en tu carrera en el deporte?
Siempre me comentaban que en Puerto Madryn lo más complicado es el viento. De las seis fechas del campeonato es una de las complicadas por el viento como nos pasa en Formosa por el calor. Además de viajar 25 horas en semi cama porque me suspendieron los vuelos, estaba proyectado para el día y horario de la carrera una gran tormenta de 60 kilómetros por hora. Lamentablemente funcionó perfecto el pronóstico, a las 10 de la mañana del domingo que arrancaba, se largó el viento y en una curva era casi imposible competir. La competencia fue en una pista de 400 metros de cemento, con lo cual en esa curva era casi caminar y en la curva de viento a favor te tiraba un metro y medio para adelante. Corro desde los 12 años pero un día completo con este mal clima que tuvimos, 10 horas con ese viento de 60 kilómetros por hora. A las 8 de la noche paró, hasta las 3 de la mañana nos agarró otra vez el viento y con lluvia esta vez después de 18 horas corriendo. Había que morder, ponerse el cuchillo y seguir, y esperar que salga el sol a las 7.30, hasta que apareció el sol y quedaban ya dos horas y media para terminar la carrera. Saber que había metido 202 kilómetros con 266 metros fue un sueño, ya se me había apagado el reloj por el tema de la batería. Ya no quedaban casi carpas en pie, así que fue todo manual”.
¿Cómo vas a hacer para costear los viajes a Alemania y Brasil?
La anterior carrera en La Pampa metí la marca de 12 horas y ahora la marca de 24. Estas dos marcas me sirven tanto para el Mundial de 100 kilómetros que es en Berlín en septiembre y el Continental que se hace en Brasil de 24 horas. Ahora tengo que esperar hasta mayo donde el profesor va a hacer su lista y hay seis masculinos para cada competencia. Por el momento estoy primero en cada uno, si Dios quiere poder estar dentro de los seis va a ser una bendición. Ya estamos preparando con el profe el plan para cualquiera de las dos competencia. El viaje lo banco, por ahora, con mi laburo. Voy a empezar a tocar cuando me avisen para ver si puedo conseguir tanto el gobierno provincial, municipal, o con alguna empresa para ver si me puede ayudar con el viaje. Se hace complicado, más que nada por el cambio de la moneda.
¿Cuántos años llevas compitiendo en ultramaratones?
A los 12 empecé a correr y hasta los 22 en Buenos Aires, soy porteño. Corría siempre 10 kilómetros en toda mi primera etapa. Cuando me mudé a Ibarlucea a los 37, empecé en media maratón, maratón, después me tiré a la montaña y después el ultramaratón me llamó mucho la atención por una entrenadora mía Analía Razetto, y otros amigos que me pasaron esta enfermedad por el ultramaratón. Ahora llevo casi 4 años, con dos años metido por la pandemia, en la ultramaratón de pista.
¿Cómo es tu rutina base de entrenamientos y de alimentación, y en qué la modificas o agregas cuando se acerca una competencia?
En cuanto a mi entrenamiento, son cuatro días como mínimo de correr, atletismo, pero soy viajante y trato de acomodarlo por los horarios laborales y demás. Trato de cuidarme en los alimentos y cuando faltan los últimos 15, 20 o 30 días trato de eliminar un montón de cosas. Trato de cuidarme mucho de las harinas que es el gran problema y todo lo que sea gasificado. Intento comer sano, si tengo un complejo vitamínico, trato de cuidarme mucho con las bebidas y mucho carbohidrato faltando la última semana para la competencia para llegar lo más lleno posible a la competencia. Después de la competencia había bajado mínimo dos o tres kilos, me miré al espejo y era una piltrafa, pero quién te quita lo bailado.