La Ciudad

Solidaridad en tiempos de pandemia: cómo la reman merenderos y comedores locales

El Roldanense habló con cuatro representantes de estos hogares solidarios. Todos concuerdan en que la demanda aumentó desde el inicio del coronavirus.

El contexto actual incrementó las necesidades de la sociedad y la labor de comedores o merenderos adquirió un rol fundamental en la ciudad. Existe una mayor demanda que meses atrás, cuando comenzó la cuarentena, así como también se profundizó la lista de donaciones. El Roldanense habló con cuatro representantes de estos lugares, quienes se refirieron a cómo atraviesan el presente afectado por la pandemia de Covid-19, y llaman a que la gente se acerque a ayudar.

Estamos dando la leche a más de 150 chicos. La estamos remando. Las madres van al merendero a buscar, porque se ve que hace falta. Acude gente de clase pobre y clase media”, dice Jonatan Mansilla, del merendero Amor Solidario de barrio América. Por su parte, Sandra Torres, de Caritas Felices (Villa Flores), expresa: “Por el momento, nos mantenemos con 100 niños, la misma cantidad que antes de la pandemia. Algunas veces, vienen unos nuevos cuando otros dejan de venir, pero es siempre la misma cantidad”.

Desde El Comedor de Mercedes, también por barrio Villa Flores, aseguran que la cantidad de gente que acude al lugar es mayor que antes. “Tuvimos que poner una olla más porque viene más gente al comedor desde que empezó todo esto. Son tiempos difíciles para la gente, pero continuamos dando comida”. Incluso, el Merendero Solidario de barrio La Posta va en la misma sintonía. “Hay más demanda que antes de la pandemia. Tengo anotados 90 chicos. Hay mayores necesidades en este tiempo”, contaron. 

Con respecto a las donaciones, estas han crecido sobremanera, aunque no en todos los casos. “Le agradezco a toda la gente que día a día me acerca mercadería. El intendente me ayuda con dos cajones de pollo, la asistenta social y ferretería San Luis me dan las garrafas, y para el Día del Niño me acercaron caramelos y chupetines. También me mandan mercadería cada 15 días desde Rosario, y una mujer de Tierra de Sueños 2 me acerca menudos, carcazas y alitas en la semana”, expresa Mercedes, y amplía que un hombre de Bahía Blanca le brindó juguetes y que otras personas ya no se acercaron en el último tiempo; “es entendible por el momento que estamos atravesando”.

Por su parte Mansilla señala que el apoyo de la gente es clave para colaborar cada vez que es menester, y que en muchas ocasiones le dan de más, por lo que se encarga de trasladar lo restante a otros lugares. En La Posta, en paralelo, manifiestan: “Gracias a Dios, todos los días tenemos lo indispensable para hacer la merienda. Mucha gente y el grupo Trazando Puentes se sumaron, nos ayudan y acercan donaciones. Hay comercios que nos donan alimentos”. 

Desde su perspectiva, Sandra, de Caritas Felices, difiere y explica que “la gente no nos está donando. Es entendible porque estamos pasando una situación complicada. Son las mismas madres de los chicos las que lo hacen, trayendo un paquete de polenta, fideos o arroz. El resto lo hacemos entre las personas que estamos acá”, además enfatiza que nunca han recibido apoyo oficial.

Proyectos en pausa

Dos de estas instituciones tuvieron la idea de celebrar fiestas o ferias, pero la realidad les cambió absolutamente los planes. Dicen desde Amor Solidario: “Íbamos a hacer una fiesta por el día del niño; tenemos bicicletas, más de 40 pelotas de fútbol, juguetes, pero no lo podemos repartir por este tema. El día de mañana, cuando pueda haber más movimiento, vamos a hacer sorteos. Mi idea es no afectar a Roldán y poder ayudar”. Caritas Felices tuvo la iniciativa de una feria que le permita recaudar fondos, aunque debieron posponerla. “Buscábamos realizar venta de prendas, en valores desde $10 hasta $200, y con esa plata comprar alimentos para tener en la semana”.

Mercedes asegura sentirse muy contenta con su labor. “Desde que abrí el comedor y vengo luchando con esto, hace ya siete años, me siento feliz. Hay gente que acude todos los días desde que abrimos, porque lo necesitan. O cocinan lo poco que tienen para los chicos al mediodía y a la noche vienen a buscar la comida”, añade, además de poner el foco en la importancia que tiene “que tanto chicos, padres, abuelos, abuelas, gente que no tiene trabajo, puedan dormir con la panza caliente”.

Los cuatro representantes que fueron consultados coinciden en que la pandemia amenaza con dificultar aún más el porvenir, por lo que la participación de la gente se vuelve fundamental. “Seguimos pidiendo donaciones, porque si esto va a seguir así va a ser complicado”, atestiguan desde Amor Solidario, mientras realizan los papeles para obtener la personería jurídica y así intentar una ayuda del Estado. “Conseguimos las ventanas que nos faltaban para poder cerrar el merendero, ya casi lo terminamos. Solo faltan retoques”, subrayan.

Sandra Torres llama a que “las personas interesadas en donar alimentos, ya sea carne, pollo, verduras y frutas, o lo que sea, pueden acercarlo a calle Vélez Sarfield 1354”. Por su lado, Silvina, de La Posta, aguarda lo mismo. “Le pido a la gente que pueda donar mercadería para que cada chico pueda tener su merienda de lunes a viernes. Podríamos seguir ayudando a las familias que hoy necesitan. Se puede acercar a calle Libertad 266 o comunicarse al 3413554504”.

Los tiempos que corren ponen en evidencia la importancia de sitios de estas características. Los cuatro consultados coinciden en que la demanda se ha hecho mayor en el último semestre y alientan a una mayor participación ciudadana. “El comedor comunitario está para eso, para recibir a la gente que necesita un plato de comida, y hay que brindárselo”, cierra Mercedes.