La Ciudad

Estaban por castrar a una perra, apareció su dueño y terminaron todos en Comisaría

El hecho ocurrió en Funes pero involucró a un hombre de Roldán. Según declaró, el animal se le había perdido hacía cinco días. Estuvo demorado pero luego fue liberado.

Foto: Vanesa Fresno Foto: Vanesa Fresno

La tarde de castraciones municipales en Funes terminó este martes con varias personas en la Comisaría 23, entre ellos, un hombre de Roldán que estuvo demorado durante algunas horas hasta que desde Fiscalía ordenaron su liberación.

El Móvil Quirúrgico de Salud Animal de la vecina localidad estaba instalado en Houssay y José Hernández. Cuando los profesionales se disponían castrar a una perrita de raza Beagle apareció en una camioneta un hombre oriundo de Roldán quien manifestó ser su dueño e intentó impedir por todos los medios que el animal fuera intervenido.

Según declaró el hombre, la perra se le había perdido hacía unos cinco días en Roldán. La mujer que la tenía en su poder la había encontrado en la zona de Ruta 9 y Garita 18 e incluso lo había publicado en redes sociales para intentar dar con sus dueños. Como no lo había logrado, se acercó este martes hasta el móvil de Salud Animal a castrarla, tal como recomiendan todas las sociedades protectoras de animales.

Cuando apareció su dueño se produjo una discusión con la mujer que tenía el can en sus manos y profesionales veterinarios, en la que debió intervenir personal policial para que no pase a mayores. Así, todos terminaron en la sede policial, la perrita incluida.

Tras varias horas de espera, finalmente desde Fiscalía ordenaron la liberación del hombre –a quien no se le formó causa alguna- y la restitución del animal.

Sin embargo, la decisión causó indignación de parte de testigos. “Se saltaron un montón de pasos y no tuvieron en cuenta la opinión de los veterinarios que habíamos constatado que la perra estaba enferma.Se la dieron al hombre sin verificar si realmente era suya. El presentó como prueba una libreta de vacunación totalmente desactualizada”, señaló en diálogo con El Roldanense Azanza Puig, la coordinadora del Departamento de Salud Animal del Municipio funense que en ese momento estaba atendiendo al animal en el móvil.

“Estaba en el móvil trabajando cuando escucho que me golpeaban la puerta y a los gritos me pedían que baje. Cuando salgo veo a un masculino insultando y gritando tratando de sacarle de las manos un can a unas personas que estaban en la fila esperando para castrarla. Me acerco e intento hablar con el señor pero no entraba en razón y seguía tirando de la correa y lastimando al animal. Rápidamente agarré a la perra y la metí adentro del móvil quirúrgico hasta que llegó el móvil policial”, describió la profesional en la denuncia que quedó asentada.