La viene remando hace tres años con un producto innovador y plantó bandera en Roldán
Se trata de Kamarán, un kayak desmontable que es fácilmente trasladable. El ingeniero que lo pensó se mudó a la ciudad y, tras ganar concursos de diseño a nivel internacional, decidió apostar y fabricar el producto acá.
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Walter Sidler es ingeniero industrial y el creador de Kamarán, un innovador producto con el que ganó varios concursos internacionales de diseño y que ahora se largó a fabricar en Roldán, donde reside con su familia hace varios años.
Kamarán es un kayak que se puede armar, desarmar y trasladar fácilmente y detrás de esta innovación por supuesto hay una historia personal: Walter rema desde muy joven y cuando se mudó a Roldán se dio cuenta de que cargar con la embarcación hasta el rio se le hacía cuesta arriba. Fue eso lo que lo motivó a poner todo su ingenio a prueba, una empresa que rindió sus frutos.
“Hace varios años me dedico al diseño de productos”, contó Walter en diálogo con El Roldanense y resumió que la inventiva para plasmar Kamarán en algo concreto fue “una cuestión de gusto y necesidad” ya que transportar el kayak tradicional se le hacía muy engorroso “entonces ese fue el puntapié inicial para pensar en un kayak que pueda ser transportado fácilmente”, admitió.
Tras varios meses de ensayos, el primer prototipo se probó en el lago de Tierra de Sueños 3. “Ganamos el concurso de diseño Innovar a nivel nacional, y el año pasado ganamos la Bienal de diseño Iberoamericana en la categoría Diseño Industrial. Eso nos ayudó mucho y nos motivó a apostar todas las fichas, entre las que está haber alquilado el local en Roldán y poder tener todo junto ahí: la fabricación y el espacio de exhibición”, ahondó el ingeniero.
Kamarán es una empresa familiar ya que Walter trabaja junto con su papá, su mujer y un empleado que incorporaron hace poco tiempo ya que ahora están enfocados en incrementar la producción, que hoy ronda las 20 unidades mensuales.
“El Kamarán tiene dos ventajas respecto a los kayaks convencionales la principal es la seguridad, al ser un diseño con forma de catamarán, es decir dos flotantes, le brinda mucha estabilidad y es muy fácil subirse y bajarse, entonces apunta a personas que nunca remaron y siempre quisieron hacerlo. Otro punto es la portabilidad: podes desarmarlo y agrupar todos los componentes en un bolso que se transforma en mochila. El tercer punto es lo liviano: durante el proceso de diseño se buscaron materiales resistentes y liviano como lona de pvc y estructura de aluminio”, explicó el emprendedor.
Si bien la intención es crecer, hoy ya están vendiendo el producto a todo el país, principalmente en Santa Fe, pero también en Mendoza, Neuquén, Córdoba, y Buenos Aires.