La Ciudad

La gente puso manos a la tierra y los viveros locales florecieron pese a la pandemia

Las ventas se incrementaron en el último tiempo, desde productos de interior a elementos para huertas orgánicas. Qué es lo que más se vende.

Los viveros volvieron a florecer, una vez superadas las diferentes instancias de cuarentena. Atravesaron cierres obligatorios y pudieron volver a activarse, con la venta de plantas o productos para huertas orgánicas. Tres dueños de este tipo de negocios en la ciudad se manifiestan en El Roldanense, sobre cómo se incrementaron las ventas y qué fue lo más vendido. En época de aislamiento, todos ellos concuerdan en que la gente volcó su tiempo al cuidado de plantas y espacios interiores.

“En relación a lo que sucede en el mundo entero, nos estamos desenvolviendo bien. Las ventas se reactivaron en junio, hubo más en julio y así sucesivamente, hasta llegar a septiembre trabajando bastante bien. Quizás no en un 100%, porque hubo falta de mercadería y de plantas que no se hicieron durante este invierno”, dice Trudy del vivero Meister. Expresa también que siente una satisfacción personal por este momento, pero limitada al ver que otros locales viven una realidad diferente. “Nosotros trabajamos al aire libre, tenemos galpones grandes e invernáculo. No tenemos personal sino que se trata de una empresa absolutamente familiar”, agrega.

Federico, del vivero Barceló, subraya que el pico máximo de ventas se da en esta etapa, desde agosto hasta el día de la madre. “Las ventas han mejorado en los últimos cuatro meses y se elevaron mucho en el último mes y medio, pero es por el pico estacional”, amplía. Por su parte, desde el vivero Banci dicen que la situación no difiere de años anteriores y señala: “Se vendió bien, porque la gente no puede salir a ningún lado y se dedica al jardín”.

Precisamente, en este último punto es donde coinciden los tres entrevistados. A partir del aislamiento obligatorio y el tiempo libre, el cuidado de las plantas fue uno de los pasatiempos preferidos. “La gente se dedicó a la jardinería o a actividades domésticas”, expresa el dueño de Banci. “Pasados dos meses de la pandemia, la gente se dedicó muchísimo más a las plantas que en años anteriores”, coincide el titular de Barceló. “Vino mucha gente que se radicó aquí, en los loteos, donde estamos nosotros”, asumen desde Meister, y añaden que los emprendimientos con plantas fueron más personales y familiares.

La huerta orgánica, otro hito

La venta de productos para huerta orgánica significó un boom en estos meses. “Se incrementó mucho la venta de productos para huerta, es decir plantines o recursos para incentivarla, como resaca, compost, macetas. Hubo mucho incentivo con eso y todavía sigue”, argumenta Trudy. “Tenemos mucho. Primero, todo lo que sea semilla. Después, plantines como apio, berenjena, brócoli, espinaca, lechuga. Incluso, estamos haciendo canteros para huertas”, especifican en Banci. “La tierra viene preparada, así como algún plantín”, concluye Federico, quien a su vez dice que no vende semillas y que el mayor consumo de este tipo de elementos fue al principio de la pandemia. 

El asesoramiento para los clientes es clave, según aseguran los tres entrevistados. “Es nuestro fuerte. Me lo ha inculcado mi padre y yo se lo traslado a mi hijo”, se diferencian desde Banci. “Intentamos asesorar lo más que podamos a la gente que nos consulta”, se suma Federico. “La gente pide que la asesoremos. Cómo se puede preparar la tierra, con qué se puede mezclar,  cómo se riega. Uno trata de ayudarlos para que tengan éxito en el emprendimiento de su casa”, dice Trudy.

Entre lo más vendido, se ubican plantines de flores o plantas especiales de interior, aseguran. “Mucha maceta o compost. En lo que refiere a plantas de sombra, grandes o de parque, se vendió menos que en otros años”, expresa la dueña de Meister. “Plantines y algo de cerco”, dice Federico. “De todo. El patio está lleno de mercadería. Hay que tener de todo en el negocio”, amplían desde Banci.

El incentivo por la naturaleza se tradujo en proyectos familiares, en un momento de ocupar el tiempo y hacer terapia. “Papás y mamás han venido con los chicos a elegir plantitas”, cuenta Trudy. Y entre nuevas plantas y huertas urbanas, el negocio de los viveros vuelve a florecer.