Ir a estudiar a San Jerónimo se volvió una odisea para quienes viajan desde Roldán
Hay una gran cantidad de chicos que utilizan el transporte público para trasladarse entre una ciudad y otra, pero advierten que los servicios son escasos y muchos deben esperar horas en las paradas.

Los alumnos de Funes y Roldán que asisten al colegio secundario Immanuel Kant, de San Jerónimo Sud, comenzaron días pasados sus clases con una ingrata sorpresa: se encontraron con que para regresar a sus hogares deben esperar por horas el transporte público.
Debido a la escasa frecuencia de la línea interurbana UTE 33/9, los chicos van subiendo de a pequeñas tandas a las unidades que pasan cada media hora. Los últimos en hacerlo llegan a tardar más de tres horas para poder llegar a sus domicilios.
Si bien la gratuidad del boleto estudiantil fue un beneficio para los escolares, no vino acompañado con la infraestructura necesaria para hacer frente a una demanda que era evidente que aumentaría.
Al no tener que pagar por el traslado, muchos estudiantes de Funes y Roldán eligieron colegios de otras localidades cercanas y ahora se encuentran con que no hay suficientes servicios para contenerlos.
Desde que empezaron con el cursado de clases, sufren una odisea, especialmente al mediodía cuando salen del colegio para poder subirse a las unidades. Son cerca de 280 los estudiantes que deben volverse a Roldán y Funes en los escasos servicios que están disponibles.
Muchas chicas y chicos salen corriendo del colegio para hacer las cinco cuadras que los separan del inicio del recorrido, que es cuando el coche que viene por la ruta 9 ingresa a la localidad, lo que representa un peligro para ellos, ya que hasta hay empujones para intentar subirse primero.
Fabiana Maccari, que vive en Roldán y es madre de una alumna de tercer año, contó a La Capital que este viernes su hija, junto a varios compañeros, esperó por horas para poder subirse a un colectivo. “Es así, aunque suene increíble, pasaron cuatro coches que no pudieron tomarse porque ya estaban llenos”.
A su hija, finalmente, la rescató el papá de una amiga que pudo ir a buscarlas en su automóvil, mientras que otros siguieron esperando en la parada su turno para acceder a un coche.
“Se sabía que iba a suceder”
“Suben como ganado, con el riesgo que significa”, describió la madre y agregó que el problema se presenta este año que empezaron con las clases ciento por ciento presenciales, por lo que de la empresa de colectivos debieron ser más previsivos, se sabía que iba a suceder”.
“Es imposible subir doscientos chicos cada media hora, entiendo que a la empresa tener el boleto gratis no le sirve, pero entre las 13.15 y las 14 tiene que poner al menos dos colectivos más de refuerzo. Un chico no puede estar horas esperando, porque llegan cansados y tienen que ponerse a estudiar o cumplir con otras actividades”, reflexionó la mamá.
Y agregó que los alumnos comentaron que gente de la empresa se acercó hace unos días y tomaron nota de la demanda de los pasajeros, “pero hasta el momento no resolvieron nada”. El ingreso a clases tampoco está asegurado. Por la mañana, algunos padres coordinaron turnarse para trasladar a varios compañeros y de esta manera evitar que lleguen tarde. Sin embargo, no todos tienen esa posibilidad.
Fabiana contó que el pasado miércoles, cuando volvió de dejar a su hija en el colegio, al llegar a Roldán vio a muchos chicos aun esperando coches sobre la ruta 9: “Eran las 8.15 y había alrededor de 10 alumnos en cada una de las tres paradas que atravesé, siendo que el horario de entrada es a las 8.10, esos alumnos ya tuvieron media falta”.
Los estudiantes de Roldán pueden tomar la unidad que pasa a las 7.30 o la siguiente, que recién lo hace a las 7.45 y que a veces se demora. El amontonamiento es cuando salen de clases a las 13.30, de lunes a jueves, y los viernes a las 12.45. También fueron infructuosos los intentos de reclamo de Fabiana a través del 0800 de la Secretaría de Transporte del Ministerio de Infraestructura del Gobierno de Santa Fe y al teléfono de la empresa 33/9: “No me contestó nadie”, afirmó, y dijo que ahora le queda la opción de “hacer un intento por la aplicación Mi Argentina”.
Fuente: La Capital