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El kinesiólogo roldanense que tiene en sus manos a selección que irá a los Juegos Olímpicos

Matías forma parte del equipo de beach volley, que asistirá a la gran cita de Tokio. Cuenta su historia, cómo llegó, que representa la clasificación y va más allá. “Esto significa mucho trabajo y dedicación”, dice.

Allá por 2016, Matías Noval supo que la selección argentina de beach volley comenzaría a entrenarse en La Florida, Rosario, y no dudó en acercarse para prestar sus servicios. Fue camillero por un tiempo y, poco a poco, se ganó su espacio dentro del equipo. Meses más tarde, cuando conocieron sus formas y su trabajo, escaló y se convirtió en el kinesiólogo del plantel. Tras más de cuatro años de entrenamiento, aquella corazonada y el esfuerzo tuvieron su premio, con la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio.

El pasado fin de semana, Argentina derrotó a Venezuela en la final de la Continental Cup jugada en Chile y eso le otorgó el pase a la gran cita mundial. “Siento un orgullo muy grande al poder representar a nuestro país en una competencia de ese nivel”, dice Matías a El Roldanense. “Para el equipo significa lograr la clasificación a la máxima competencia que un deportista amateur aspira, con mucho sacrificio y dedicación”, cuenta sobre el gran triunfo por 3-1 de los deportistas Leandro Bautista Aveiro, Bautista Amieva, Nicolás Capogrosso y Julián Azaad.

Consagrado como el campeón sudamericano, el equipo nacional logró el pasaje a Japón después de un duro tiempo de entrenamiento. “Es un trabajo que empezó hace cuatro años, tanto físico, técnico, psicológico y kinésico como nutricional. Se entrena todo el año, sin importar las condiciones climáticas, siendo un deporte al aire libre”, dice Matías, y cuenta que el presupuesto con el que se trabaja es casi nulo. “Hay mucho sacrificio detrás de un sueño olímpico, ya que son jugadores que reciben muy poco apoyo económico”.

La expedición regresaba a tierras argentinas el miércoles y tiene pensado comenzar la aventura de los Juegos el 15 de julio. Primero, con un viaje a Lorca, España, para hacer base en un centro de alto rendimiento. Luego, será hora de enfilar hacia la capital nipona, ya que la competencia empieza el 23/07. Matías, por su parte, no podrá ser parte del viaje por disposición sanitara, ya que se restringieron los ingresos a la Villa Olímpica y solo viajará la dupla N° 1 con el entrenador. Igualmente, dice que esta posibilidad es un sueño, después de retirarse del voley indoor y continuar con la misma disciplina en playa. Un deporte que comenzó a jugar cuando tenía seis años.

Llegar a los Juegos significa mucho trabajo y dedicación. Hay cosas que la gente no sabe, pero tanto los deportistas como el cuerpo técnico dejan muchas cosas de lado para lograr objetivos tan grandes”, expresa. Y va más allá: “Por suerte, tengo una persona que me banca esta locura y una hija que, más allá de que la extraño, también me demuestra su cariño y apoyo. Como me pasa a mí, le pasa a los jugadores y al resto del cuerpo técnico, que dejamos de lado cumpleaños, fiestas y reuniones por un sueño grande”.

El CCUP fue la primera casa de Noval, donde comenzó su idilio con este deporte. Al club le está agradecido profundamente, así como con Naútico Avellaneda de Rosario, donde jugó sus últimos partidos y comenzó con su trabajo actual. En el medio, tuvo un breve paso por las selecciones argentinas menores y disputó una temporada de liga A2 para Puerto General San Martín. Haber llegado a los JJOO es el súmmum, pero él asegura que es necesario mirar más allá, que esto sea solo el comienzo.

“No termina todo aquí, porque ni bien vuelvan los jugadores de Tokio, ya comienza un nuevo proceso olímpico tanto con la dupla número 1 como con la 2 y los menores, buscando siempre que el deporte que nos brinda satisfacción crezca y más gente lo conozca, lo practique y nos apoye”, se ilusiona. “Como profesional de un deporte amateur, la experiencia es hermosa y tal vez inigualable, pero no siento que sea mi techo”, responde este roldanense que se reconoce inquieto y curioso y cuenta que siempre intenta mantenerse actualizado en lo referido a su trabajo.

Su objetivo inmediato es que el equipo pueda tener la mejor performance este mes. Pero la meta es más grande. “Siempre me mantengo en contacto con profesionales que me ayudan a crecer, como es el caso del cuerpo técnico con el cual trabajo: el DT José Luis Barrionuevo, los dos preparadores físicos Germán Calvelo y Guido Ghiglione y el ayudante técnico Giuliano Mezzagno. Le dedican mucho tiempo al deporte y buscan igual que yo poner al Beach Volley argentino en el más alto nivel”, manifiesta.

Matías dice que, si bien las expectativas son altas, las chances de ganar una medalla no son fáciles. “Competís contra las mejores duplas del mundo, por lo cual lograr una medalla sería genial, pero en los papeles no es algo que esté hoy en día a nuestro alcance”, subraya, aunque mantiene las esperanzas de que toque una llave accesible y así avanzar. “La realidad es que es un deporte que tiene mucho de situación y que hasta un mínimo viento te puede cambiar la forma de jugar”.

Nuevamente, vuelve sobre sus pasos para decir que nada termina en Tokio. “Esto recién empieza y buscamos mantenernos en ese nivel. Ojalá sirva para tener más apoyo que nos brinde la posibilidad de competir durante el año en alto rendimiento, representando a nuestro país”, sueña. “Hay que ir tranquilos a jugar y disfrutar de haber llegado a la competencia mayor del alto rendimiento. Si la medalla llega va a ser más que bienvenida, pero de lo contrario no significa que los chicos no dejaron todo para lograrlo, significa que les faltó un poquito más”, señala como corolario. Y no desespera por la oportunidad frustrada de asistir a Tokio: «Esperemos tener la posibilidad de clasificar a París 2024 y viajar».