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El roldanense que se animó a correr por las montañas y compite en pruebas nacionales

Lucas Cenoz compite en trail running desde hace tres años. Por entonces, corrió en la Patagonia y en Córdoba. Y más allá de que no persigue llegar al podio, intenta mejorarse a sí mismo en cada carrera.

La carrera de las 100 millas comenzó un viernes a las 11 de la mañana y culminó a las 20:30 del sábado para Lucas Cenoz. Fueron más de 33 horas probándose a sí mismo, compitiendo, subiendo y bajando por las laderas, un nuevo desafío cumplido en el camino que comenzó en 2016. Empezó a correr hace seis años, aunque sus inicios en el trail running, como se denomina a las carreras de montaña, fueron en 2019. Desde entonces, se sumergió en un mundo que actúa como una liberación personal, un rincón que le permite autoexigirse y salir de la rutina.

Allá por 2019, los comienzos fueron en la Patagonia Run, a la que accedió por las redes sociales viendo en qué carrera podía competir, y los 110 kilómetros de Utacch en Córdoba. “Se trató más que nada de un desafío personal, quería ver si tenía la determinación mental como para terminar”, describe Lucas en diálogo con El Roldanense. La pandemia impuso un freno a la seguidilla de pruebas, pero no lo detuvo. Por el contrario, ya sea en su patio o fuera de casa, trataba de hacer 10 kilómetros por día.

En las grandes distancias, como las 100 millas (o 160 kilómetros) que corrió este año, el corredor local siente que la competencia es contra uno mismo. “Yo soy mi principal rival, en realidad mi cabeza”, describe. Posicionado sobre esa carrera, cuenta cómo se preparó: “La encaré paso a paso, sabiendo que iban a ser muchas horas y que de un momento a otro puede cambiar todo, una caída o torcedura de tobillo puede dejarte afuera en un segundo, teniendo en cuenta que es en la montaña y todas esas situaciones pueden pasar”. Salió 106 de 311 en la general y 25 de 68 dentro de su categoría.

Si bien el desafío personal es hacerlo cada día mejor, existe una zanahoria por delante más importante. “Los momentos con los cuales me quedo -cuenta Lucas sobre su experiencia- son cuando cruzo el arco de llegada, el momento de abrazarme con los míos, mi familia. Me es inevitable emocionarme, corro para vivir ese momento”. De hecho, expresa que durante las distancias largas “uno piensa en los afectos, mis hijas, mi esposa, mi familia, primos y amigos”. 

Teniendo en cuenta que sus entrenamientos son mayormente por los llanos de Roldán, los resultados han sido satisfactorios. Dentro de su trayectoria, hay dos próximos desafíos marcados en resaltador rojo, como las 100 millas de Córdoba o los 100km de la costa, una carrera que también hizo el año pasado. De cualquier manera, no se enfoca en ir por el podio, ya que sabe que hay participantes que dedican su vida a la competición. “Por ejemplo, el español que ganó en la Patagonia realizó la carrera en 19hs y 30 minutos, estoy a años luz”, dice entre risas.

“Es más un desafío personal, y de paso me anoto en las carreras para tener un objetivo que me lleve a entrenar”, señala Lucas, al tiempo que admite que la constancia es lo que más cuesta. “Al anotarme, me lleva a entrenar por más que haya días que esté sin ganas”, narra él, quien vive en Roldán desde el 2015 y es licenciado en kinesiología y fisiatría, especializado en osteopatía. “Yo corro solo, lo hago por mi cuenta. Es mi momento donde no pienso en nada”, cuenta.

Cada fin de semana, realiza fondos de 30 o 36 kilómetros. “Estoy tres horas corriendo en absoluta soledad”, grafica, como si el entrenamiento fuera a la vez un momento de introspección. En estos seis años corriendo, destaca las cinco ultras de las que participó, habiendo terminado cuatro. “Es como una droga, no hay nada más liberador que la montaña”, asegura. “Un día decidí empezar a hacer largas distancias y ya no pude parar. Mi lema es que si yo lo puedo hacer, que soy un amateur, todos pueden”, enfatiza, ya enfocado en nuevos objetivos y sin tiempo que perder.