“Le robaron la vida a nuestro Ariel”, la emotiva carta de una excompañera del roldanense asesinado
Simoncini fue velado los días domingo y lunes en Casilda, en medio de la conmoción de sus familiares y allegados.
La trágica muerte de Ariel Simoncini, el hombre de 55 años nacido en Casilda pero que había elegido Roldán para vivir con su familia, consternó no sólo a sus nuevos vecinos sino a sus amigos de toda la vida.
Simoncini fue velado los días domingo y lunes en Casilda, en medio de la conmoción de sus familiares y allegados. Tenía dos hijos, uno adolescente y otro pequeño. Era ciclista y competía en el certamen Rural Bike, tal como refleja una nota publicada este martes en el portal Rosario3.
En un posteo de Facebook, Carina, una amiga de Casilda, puso palabras al desconcierto y al dolor que asaltó a los allegados de la víctima: “Nuestro grupo de wasap de la Barra del ’86 se comenzó a activar con preguntas, dudas, y mucho dolor, no lo queríamos creer, no entendíamos. Si lo vi esta semana… si estuvo acá en la graduación de su hijo mayor sentado cerca mío… si le puse me gusta el otro día que ganó otro trofeo de ciclismo… y así pasaban los minutos. Hasta que llegó la confirmación, le habían arrebatado la vida a nuestro compañero de secundaria, lo habían matado, le han robado un padre a sus hijos, un esposo, un compañero ejemplar, sumamente cariñoso y servicial. De golpe el dolor, las lágrimas y la bronca nos sumió a todos en una profunda tristeza. LE ROBARON LA VIDA A NUESTRO ARIEL”.
Tal como publicó este martes El Roldanense, los investigadores por el momento prefieren mantener las hipótesis sobre el móvil del crimen en reserva, pero según los datos recabados hasta el momento, la única teoría que se maneja es la del homicidio en ocasión de robo. Simoncini fue hasta ese punto de barrio Alberdi para concretar una operación de compraventa pactada por Marketplace. Tenía una suma de dinero importante que le fue sustraída. Aparentemente, era para comprar una moto.
La secuencia fue brutal: lo ejecutaron para acallarlo y asegurar el botín. En la camioneta quedó el celular y la billetera, elementos cuya presencia, en un principio –en una ciudad con ejecuciones mafiosas a la orden del día–, dieron lugar a especulaciones erróneas sobre el móvil del crimen.
Se sospecha que los homicidas actuaron con dos motos y un auto de apoyo, por lo que se presume que se trata de un grupo organizado que ya cometió robos violentos con víctimas desprevenidas, oriundas de localidades cercanas a Rosario.