Emprendedores

Maruka Deco, el emprendimiento roldanense de piñatas mexicanas que la rompe

Ananquel lo inició hace cuatro años y desde entonces no paró. Realizó una gran cantidad retratando a diferentes personajes, videojuegos y películas, y cada obra es reutilizable como adorno.

Una situación de la vida cotidiana puede significar un punto de inflexión. Es lo que ocurrió con Ananquel Pulitano, quien hace 13 años reside en Roldán y hace cuatro encontró la razón de ser de su actual emprendimiento, Maruka Deco. Su sobrino Felipe le encargó una piñata para el cumpleaños que se avecinaba y ella, que por entonces se encargaba de realizar candy bars, decidió abandonar su anterior labor para dedicarse de lleno a algo nuevo. Las piñatas temáticas pasaron a ser su nuevo rubro, tanto que realizó numerosas obras de diferentes personalidades.

“Me animé a hacerlo sin tener mucha idea del tema y su realización. Desde ahí, no paré más porque me encantó”, cuenta ella a El Roldanense. Las piñatas que realiza son de estilo mexicano, unas que no se encuentran fácilmente en el país y llevan su mensaje. “Se denominan de estilo mexicano porque son coloridas, alegres y  decorativas, más allá que en México tienen una connotación cultural y tradicional que acá no”, narra y explica mejor la protagonista. En todo este tiempo, perfeccionó su modo de trabajo y ha hecho tanto para familiares y amigos como por encargo.

Uno de los puntos más destacados es que cada una es reutilizable. Es decir, puede colocarse como elemento de decoración en la casa. La inicial, a pedido de su sobrino, fue la llama del videojuego Fortnite, pero en estos años Ananquel hizo personajes de Star Wars, Dragon Ball Z, Blancanieves, Frozen, Sonic, entre otros como pelotas y autos. “Son totalmente personalizadas y a pedido, sobre la temática que el cliente necesite. El objetivo es dar un toque especial a un cumple y que los chicos se sorprendan y enamoren cuando la vean”, expresa. 

Depende del modelo que se pretenda reflejar, pero cada piñata mide entre 50 y 60 centímetros y está hecha de diferentes materiales como papel, cartón y goma eva, cuenta esta roldanense por adopción a la que siempre le gustaron las manualidades y crear. En ese proceso, el de creación, entra el estudio de cada personaje o dibujo a realizar. “Cada piñata tiene su tiempo y dedicación. Si es un personaje que conozco, se me facilita bastante, pero sino tengo que ver e investigarlo para familiarizarme, ver sus detalles y posturas. Es divertido, parte del proceso”, asegura.

Ananquel cuenta con la colaboración de sus hijos pequeños, que la acompañan y, al mismo tiempo, le dan su opinión sobre cómo la piñata va tomando color. “Mis hijos Renata y Donato me ayudan e inspiran, ellos ven el armado y la transformación desde el principio, y les encanta al igual que a mí”, dice. Últimamente, su trabajo ha tenido buena demanda en la ciudad, después de trabajar con mayoría de clientes rosarinos. “Eso me entusiasma y me pone feliz”, relata con alegría, dispuesta nuevamente a estudiar a un personaje y ponerse manos a la obra.