La Ciudad

Puso sus 22 años en una valija y llegó desde Venezuela a vivir en la ciudad

Desembarcó hace apenas un mes y medio con el objetivo de sortear la difícil situación que atraviesa su país. Contó su historia a El Roldanense.

Hace tan sólo un mes y medio que Leniuska Alejandra Yusti decidió dejar la vida que tenía hasta el momento en Venezuela y afincarse en Roldán. Aunque la decisión no fue sencilla, la invitación de su tía que hace un tiempo habita en Tierra de Sueños 3 y una situación que el país caribeño que no logra remontar, fueron suficientes para que a sus 22 años tomara coraje y concretara aquello que hacía ya dos años le venía dando vueltas en la cabeza.

A los dos días de llegar consiguió trabajo de mesera en el bar O´clock de TDS2, un oficio que había conocido en su tierra natal. Así, casi de sopetón, es ahora más Alejandra que Leniuska, ya que por estos lares su segundo nombre es mucho más familiar y fácil de pronunciar.

Con su tonada intacta, la joven charló con El Roldanense en un alto de su labor diaria. “Venía pensando irme de Venezuela hace un tiempo pero esperé graduarme de enfermera. El país se fue poniendo cada vez peor y me decidí. Primero estuve viviendo cuatro meses en Brasil con la idea de trabajar y llegar acá con algo de dinero, y hace un mes y medio ya me instalé definitivamente”, relató.

“Mi tía me decía que Tierra de Sueños era uno de los sitios más bonitos que había conocido porque se podía vivir de manera diferente a Rosario, donde hay mucho movimiento, mucho tráfico”, narró y enseguida se mostró muy contenta de su decisión de haber recalado en la ciudad.

“Si puedo hacer una vida acá, lo voy a hacer. No tengo idea de volverme, sólo para visitar. Me siento cómoda en Roldán, me gusta mucho, ya me siento de acá”, dijo sumamente conforme. Eso sí, la joven sabe que en Venezuela dejó mucho más de lo que se trajo: su familia.

“Allá quedó mi familia, mis amigos, mi vida entera. Me traje 22 años de mi vida en una valija, fue una decisión muy brusca”, describió y sumó que sus seres queridos se pusieron “tristes”, aunque ella –la mayor de cuatro hermanos– ahora puede ayudar a que los suyos puedan tener una mejor calidad de vida.

El caso de Wilmar

La historia Leniuska Alejandra Yusti trae a la memoria la de Wilmar Muñoz, también venezolana afincada en Roldán y que entrevistada el año pasado por este medio decía vivir la crisis de su país «desde lejos, pero no ausente».