¿A quién está dirigida la quiropraxia? ¿Por qué es tan relevante para el andar rutinario de una persona? ¿Puede tratarse preventivamente o está destinada a quienes sufren una lesión? Ese tipo de preguntas y más fueron respondidas por el doctor Diego Clemente, miembro del equipo local de Beta Salud, en diálogo con El Roldanense. Una charla que permite despejar dudas y encontrar explicaciones sobre este nuevo tratamiento que Beta suma a las diferentes especialidades con las que ya trabaja.

“Es una rama de la medicina que trata como punto principal a la columna, un elemento fundamental del cuerpo por todas las terminaciones nerviosas que salen de allí. Todo esto va hacia los órganos. También se trabaja sobre las articulaciones”, explica el médico, a la vez quiropráctico y licenciado en kinesiología y fisiatría. “Si alguien posee una columna sana, tiene un mayor confort en el día a día”, añade, y dice que suma posturoterapia a su forma de trabajar.

El tratamiento es personalizado para cada persona y está destinado a todo aquel que quiera sentirse bien, según explica Clemente. Además, asegura que no hay edades para la quiropraxia. “Puede ser alguien joven, un adulto o una persona mayor. El paciente debe venir a buscar ayuda para sentirse diferente”, señala. Y destaca uno de los puntos más importantes: “No es invasivo, se trabaja por las evaluaciones, las manos y las malas posturas. Es un trabajo que hacemos en conjunto, pero el paciente en consulta es totalmente pasivo”.

Uno de los objetivos de esta práctica es evitar las subluxaciones. “La quiropraxia va de la mano con una columna libre y que no haya subluxaciones, que se dan en aquellas vértebras que han estado trabajando de mala manera y sufrieron traumatismos”, relata. “Esto tiene lugar cuando una vértebra genera un contacto con otra en un mal posicionamiento, eso provoca un dolor que repercute en un nervio de la columna en la parte del disco”. Tal dolor puede derivar en una hernia, alega el especialista.

La forma de trabajo en esta variante de la medicina es manual.  “Hago una evaluación de la columna, del paciente en diferentes posiciones (sentado o parado), dinámico o estático y escucho qué lo aqueja. Por qué viene a mi consultorio, qué lo trae por acá, qué dolor o problema está teniendo”. Tal evaluación se hace observando qué desplazamientos realizan o no la columna y las articulaciones. “Se trabaja sobre las disfunciones, los problemas de la columna en un estadío de hipomovilidad, es decir que no se está moviendo”, subraya.

Si bien en la mayoría de ocasiones la quiropraxia trabaja sobre columnas dañadas o lesionadas, no siempre es así y, según asegura Clemente, es clave trabajar en la prevención. “Siempre es mejor prevenir el dolor o lesiones futuras. Cuando uno ve que un paciente tiene una mala posición o que está haciendo un trabajo forzoso de manera repetitiva, eso también trae lesiones a futuro, como hernias de disco, microtraumatismos, cefalea, lumbalgia o tendinosis”, manifiesta. “En estos tiempos de pandemia, hay personas que deben estar mucho tiempo con home office, y busco mejorar la postura, mantener una columna libre y sin dolor”.

Otra de las metas que persigue el quiropráctico es tratar de evitar que una persona llegue al dolor y, en consecuencia, deba tomar medicamentos.  “Buscamos que el paciente se sienta bien, ese es el principal fundamento”, resalta. Y enfatiza en lo fundamental que resulta descansar para llevar la vida cotidiana. “Siempre resalto que un paciente pueda dormir, el descanso es clave; si uno no lo hace bien, al otro día no podes trabajar de manera correcta, te cambia el estado de ánimo y tu alimentación también se modifica”, afirma.

La labor conjunta entre paciente y terapeuta colabora muchísimo para que el tratamiento sea funcional, asegura Clemente. “Buscamos no llegar a que el paciente sufra o se lastime. Actualmente, se ven muchos casos de personas que vienen a la consulta con una lesión ya bien marcada”, dice. Y repite sobre la importancia de la prevención:  “Se trata de tener una columna lo más sana posible”.