La Ciudad

Se quedó sin trabajo en la pandemia y puso un puesto de choripanes para subsistir

Ariel fue camionero por más de 20 años. Sin trabajo, comenzó a cocinar junto a su esposa a la vera de la ruta AO12. “Siempre se sale de malas pasadas, dice”.

En medio de la pandemia, Ariel Bento se encontró obligado a cambiar su forma de vida. Había sido camionero por más de dos décadas y, ya sin trabajo, debió encontrar otro medio para subsistir. Con la ayuda de su esposa y de sus hijos, colocó un puesto de choripanes a la vera de la ruta AO12, frente a la estación de servicio Gulf. Fue una vía de escape para la familia, una que le permite seguir teniendo ingresos.

“Empezamos el 8 de febrero. Teníamos unos pesos ahorrados y decidimos poner el puesto”, dice Ariel, de 41 años, a El Roldanense. A comienzos de año, hizo trabajos de albañilería y vendió parrillada en su casa. “Un amigo de mi hijo nos prestó esta esquina, así que trabajamos junto a mi esposa y mis hijos”, relata el hombre que pasa cada día al costado de la ruta.

Pasó su vida arriba del camión, un oficio en el que se inició a los 18 años. Hacía cargas generales y, últimamente, los viajes eran de larga distancia y estaba dos meses sin volver a casa. “Mi esposa, que tiene la misma edad que yo, limpiaba una casa y dejó para venir a trabajar conmigo”, cuenta el protagonista de la historia.

Su actual trabajo, no obstante, es por medio día. En el lugar no cuentan con energía para seguir cocinando de noche, aunque pensaron en alternativas. “Sería genial hacer una instalación eléctrica pero, honestamente, le pedí al municipio y no me respondieron. Pero creo que un amigo me presta un grupo electrógeno”, dice Ariel.

En lo que respecta a las ventas, expresa que “hay días que se vende bastante y otros que vendemos lo justo para reponer”. Además de choripanes, cocinan morcilla, carré de cerdo, falda y bondiola. Los precios van desde los $150 a $200, y se estira $100 más si se le agrega una gaseosa. Con todas las pilas, Ariel y su familia quieren que el puesto se haga conocido y trabajan con entusiasmo: “Siempre se sale de las malas pasadas”.