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Talento y superación: el joven roldanense que encontró en el boxeo su verdadera pasión

Joel Torres cerró el año con dos victorias por nocaut. Si bien hace un año creía que era imposible cumplir su sueño, hoy asegura que el deporte cambió su estilo de vida y busca nuevos sponsors.

El boxeador roldanense Joel Torres cerró el año con dos grandes triunfos por nocaut en sus dos primeras peleas, combates que logró atravesar sin sobresaltos y cerró en el segundo y primer round, respectivamente. No obstante, más allá de estas dos alegrías en continuado, su unión con el deporte esconde una historia de superación, el desafío de ir por más después de creer que el pugilismo no era para él. Ahora mismo, asume que los guantes lo ayudaron a encontrar su gran pasión y una disciplina en su forma de vida.“Siempre me gustó el boxeo, desde muy chico, pero nunca se me había dado la posibilidad para empezar a practicarlo. Trabajaba, estudiaba y veía imposible luchar por este sueño”, contó Joel en diálogo con El Roldanense. El punto de inflexión, finalmente, estuvo en la charla con un amigo hace poco más de un año. “Me hizo dar cuenta de que debía ir por mi deseo, me hizo creer que yo tenía el potencial para cumplirlo, me incentivó y desde ese momento arranqué este camino”, recordó del otro lado del teléfono.De todos modos, en el comienzo de sus entrenamientos volvió a hallar trabas que pusieron a prueba su resiliencia. “Llegué a pensar que no podía hacerlo, estuve a punto de rendirme, pero seguí adelante, me sacrifiqué y, gracias a Dios, todo se está dando”, aseguró entusiasmado, contento por cerrar el 2023 con dos victorias en sus dos primeras peleas. Su familia acompaña el crecimiento y apoya su gran ambición: “Estamos muy orgullosos de él. Es un pibe joven que conoció el mundo del boxeo y encontró su pasión”, señalaron.Torres se considera un boxeador estilista, “ya que en los combates busco mantener la distancia y meter golpes de poder”, y dice que su boxeador favorito siempre fue Carlos Monzón. Este deporte es, a fin de cuentas, la actividad que le permitió cambiar su forma de vida. “Antes de llegar al boxeo andaba en la joda, el alcohol y la calle. No le encontraba un sentido, un rumbo a la vida. El boxeo me cambió la mente, hoy soy otra persona, tengo metas y dedico mi tiempo a trabajar y a sacrificarme por mi sueño”, describió.Sus inicios en el boxeo fueron en el Boxing Casas de Roldán, aunque rápidamente partió hacia Rosario para entrenar primero en el Noé González y luego en el Imad Competición, donde debutó. “Estoy muy contento por haber encontrado mi lugar”, señaló. Sin embargo, los gastos se amontonan entre los viajes diarios para entrenar, las dietas y el gimnasio, por lo que se encuentra a la búsqueda de sponsors que lo ayuden a cumplir su sueño. “No paramos de entrenar y seguimos preparados para volver en enero. Se van a venir nuevas peleas y muchas cosas buenas”, se ilusionó.