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8M: el fútbol femenino de Sportsman gambetea desigualdades y se hace camino al andar

Lo que comenzó hace un lustro con la Primera División, hoy cuenta además con categorías infantiles y juveniles. “Hay muchas niñas con ganas de jugar, se ha roto la barrera”, aseguran.

Por: Nicolás Galliari

“El fútbol femenino tiene un gran futuro en el club. Hoy, las chicas les dicen a sus padres ‘quiero jugar’ y eso ha sumado mucho”, dice Amín Bazze, presidente de Sportsman. Durante los últimos cinco años, la disciplina ha tenido un crecimiento estentóreo en la institución de barrio Arrabal, tanto que, lo que en principio era solo la Primera División, hoy también tiene categoría infantil y juvenil. Un camino que la Cebra decidió recorrer y en el que se avizora una evolución aún mayor de la lograda hasta ahora.

Cinco años atrás, cuando un grupo de chicas dio el puntapié inicial y se conformó el equipo, no figuraba en los planes que, pasados unos meses, ese plantel saldría campeón. Fue ese título lo que permitió al club comprender que el rumbo era correcto, más allá de los obstáculos que pudiera encontrar a cada paso. Por entonces, si anteriormente en la ciudad no existía un sitio para practicar y competir, la institución albinegra colocó la piedra angular y muchas jóvenes se sumaron. De pronto, el predio del club se abarrotó de chicas que querían inscribirse.

Bazze hace un ejercicio de justicia y menciona a Patricio Giavarini y Beto Ventura, a quienes destaca por su visión para materializar el fútbol femenino en el club. El grupo de Primera, que era muy heterogéneo y contaba con jugadoras de 18 a 33 años, encontró su correspondencia en la gran cantidad de adolescentes que se presentaron en el Santa Fe Juega. “Ahí bajamos la edad, para que haya mayores oportunidades. Comenzamos a darle lugar a las divisiones de más abajo, fue una experiencia linda en la que les fue bastante bien y a la que acudieron todas con los buzos del club”, recuerda Amín en charla con El Roldanense.

Una de las futbolistas de aquel primer plantel de Sportsman era Martina Dezotti, quien formó parte del planter de Newells, luego tuvo su extenso paso por Boca y hoy juega en el Venezia italiano. El presidente del club recuerda su paso por la cancha de calle Sarmiento y se esperanza con que muchas otras jugadoras hagan un recorrido parecido. “Ojalá las chicas de hoy puedan dar un salto en un futuro como lo logró ella”, expresa. Igualmente, a la vez, se pronuncia sobre las diferencias entre el fútbol femenino y el masculino: “Aún no está equiparado. Ese camino, el del reconocimiento económico, es una trayectoria que se debe recorrer no solo en el deporte, sino en todo el país”.

El año pasado, la Cebra dio inicio a su escuelita femenina, es decir, comenzó la inscripción para niñas que asisten a la escuela primaria. Así, a la Primera y el equipo de adolescentes, se sumó la división infantil. “En Roldán tenemos este orgullo de que las chicas tienen donde jugar y entrenar. Además, se sienten parte del club, participan y ayudan a la comisión en un montón de cosas”, reconoce Bazze. “A veces es difícil que se de ese proceso. Cuando esto comenzó a abrirse, empezaron a involucrarse en la vida social del club», narra. Hoy, Danilo Ramírez oficia como entrenador y hay dos profes; una de ellas es Aixa Durán, jugadora del equipo y estudiante de la carrera de educación física.

Más allá de que, en el pasado, muchos clubes cerraron sus equipos femeninos señalando hipotéticas pérdidas, el mandamás de la institución se planta en la vereda de enfrente. “En el caso de Sportsman no es así. Primero, porque no lo miramos desde el punto de vista del dinero; segundo, debido a que el fútbol femenino no da pérdida. Estamos hablando de un club, no de una empresa”, describe. “Que las chicas tengan un lugar donde participar para nosotros es un éxito. No lo consideramos en términos económicos. Además, ellas también trabajan para que el club pueda sostener el aparato que significa tener una categoría de fútbol”, dice.

Con vistas a que las más chicas también puedan empezar a competir, Sportsman levantó la voz en la última asamblea de la liga y presentó una moción. “La propuesta es que puedan tener una competencia interna dentro de la Cañadense, por lo menos con una división infantil y otra juvenil, más o menos similar a lo que tenemos armado nosotros”, cuenta Amín. El objetivo, asegura, es que “puedan hacer su circuito dentro del año y se encuentren con otros clubes que hayan formado su fútbol femenino”.

Uno de los problemas radica en que no todos los clubes tienen armada su estructura, por lo que no se puede regionalizar la competencia y las distancias se agrandan. “Sería fantástico que las chicas puedan competir en un torneo organizado y más accesible si todos los clubes tuvieran equipo femenino. Así, se armaría una rueda como en el masculino”, opina. Según cuenta, la moción fue bien aceptada en el seno de la liga, aunque existe un camino a recorrer que, lógicamente, no será de la noche a la mañana.

El fútbol femenino en Sportsman agarró velocidad crucero, el año pasado fue subcampeón, y es una máquina a la que parece que solo le queda crecer. “Durante 2021, tuvo un crecimiento exponencial. Había muchas nenas con ganas de jugar. Hoy, cada día que practican ves a cada una de ellas con la compañía de su papá o mamá”, cuenta Bazze. “Se ha roto la barrera que había, y siento que la sociedad está cambiada e integrada para bien.  Para nosotros, es un gusto abrir el club y la cabeza para cambiar un poco la cultura. Esto significa un cambio, el acceso de la mujer a otras disciplinas”, expresa.

A la par que Sportsman, Independiente es otro de los clubes locales que pusieron primera en torno al fútbol de mujeres. “Hay lugar para todos. Seguramente, muchas chicas quieren jugar al fútbol y, si hay una sola oferta o un único lugar donde jugar, la rotación es más difícil”, espeta Amín, y manifiesta su alegría por el crecimiento de otras instituciones. “Los clubes están haciendo una contención muy importante, un trabajo de hormiga. Tratamos de inculcar valores, la posibilidad de estar con el otro, la ruptura del individualismo, la fomentación de la solidaridad y los vínculos sociales”, afirma. El fútbol femenino es un fiel reflejo.