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Se accidentó, sufrió calambres y no se dio por vencido: terminó ganando la carrera

El ciclista roldanense Martín Corrales se impuso el domingo pasado en una carrera realizada en Funes. Sufrió muchos contratiempos, pudo abandonar, pero siguió y tuvo su premio.

El que abandona no tiene premio, dice una de las canciones más reconocidas de Los Redondos. Martín Corrales, ciclista roldanense de 18 años, puede adjudicarse la letra tras el gran triunfo obtenido el pasado domingo en Funes. Sufrió numerosos contratiempos, un accidente lo dejó con varias lastimaduras en el cuerpo y los calambres lo atacaron cerca de la llegada, pero así y todo pudo seguir para terminar imponiéndose por sobre todos.

La carrera, realizada a 57 kilómetros en Funes, significó la primera en pandemia.  “Fue muy dura, con mucho viento. Al escuchar el silbato de largada, salí con demasiada fuerza para encabezar el grupo del pelotón”, dice Martín a El Roldanense, antes de describir el accidente que protagonizó. “En el kilómetro 15 un ciclista de mi categoría me quiso pasar y me tocó la rueda delantera de la bicicleta. Caí muy duro al suelo, a una velocidad de 38 kilómetros por hora”, cuenta. Raspado y dolorido, le costó más de 20 segundos reaccionar y volver a competir.

“Me levanté, agarré mi bicicleta y, así dolorido como estaba, seguí la carrera hasta alcanzar a algunos del grupo que había perdido en la caída”, prosigue el deportista local con su relato. El dolor en el hombro izquierdo se hacía sentir, pero pudo recuperar terreno para acercarse al asalto final. Sin embargo, había otro obstáculo más, ya que en la tercera y última vuelta la exigencia muscular le pasó factura. “Un ciclista me ayudó a parar los calambres. Me quería levantar de vuelta y no podía, caía al suelo. Fueron demasiados intentos hasta que en el sexto pude subirme a la bicicleta”, explica.

Llegar y completar la carrera era su gran objetivo, tras los contratiempos. Sin embargo, el esfuerzo tuvo su recompensa y accedió al primer lugar del podio. “Este triunfo me enseña a superarme y a levantarme para cuando las cosas no van bien. Podría haber abandonado la carrera”, dice él, que compartió carrera con varios integrantes de su equipo, el Pini Bike Team. Al cruzar la meta, lo esperaba una ambulancia; fue atendido y le inyectaron un analgésico para que se le fueran los dolores.

Tras dos años de espera, pudo volver a competir. Lo vivió con mucha ansiedad y nervios. “El reloj me marcaba arriba de 120 pulsaciones y todavía ni había largado. Yo me reía de mí mismo”, cuenta. Ahora, la búsqueda de seguir ganando no se detiene y ya tiene en vista la próxima carrera, ya que su equipo organiza una de 80 kilómetros que también se hará en Funes. Martín no abandonó, tuvo el premio por el que entrenó y esperó un gran tiempo, y ya se ilusiona con que esto solo sea el puntapié inicial de grandes cosas.