Fernando Kurriger no tiene recuerdos que no estén asociados a la música. Está ligado a diferentes instrumentos desde su infancia, toca en diversos lugares del país y hasta lo hizo en el extranjero. Desde hace poco más de una década, tomó esa experiencia para compartirla con sus alumnos tanto en el Instituto Ciudad de la Música, donde empezó, como en su hogar. Enseña a tocar batería, percusión, bombo legüero y cajón peruano, con clases individuales y personalizadas.

“Hago mucho hincapié en cómo aprende el alumno y su forma de adquirir el conocimiento”, explica Fernando a El Roldanense. “Hay una gran parte didáctica ya que, más allá de trabajar con teoría, voy viendo la mejor forma para que la persona aprenda”, amplía. De todas maneras, pone énfasis en que un instrumento debe sonar musicalmente más allá de cualquier teoría. El rango etario para las clases va desde los 6 años en adelante.

Actualmente, uno de sus alumnos es un hombre de 76 años que empezó a tocar un instrumento por recomendación médica y se decidió por la batería. “Está comprobado científicamente que aprender a tocar uno, sea cual sea, tiene un impacto enorme en el cerebro”, narra Fernando, quien siempre mantuvo una simbiosis especial con la música. “Si no es tocando en un acto de la escuela primaria, es arriba de un escenario, en un ensayo o un estudio de grabación. Es una forma de ser”, cuenta.

Fernando trabaja en distintos proyectos musicales, con el compositor y músico Daniel Orellano, el intérprete y compositor sanlorencino Rodrigo Quinteros y el músico y compositor cordobés Gustavo Chazarreta, a quien agradece especialmente por la confianza dándole la oportunidad de poder grabar y producir canciones con grandes artistas como Leo Dan, Rally Barrionuevo, el Dúo Coplanacu, Alfredo y Lucio Rojas, el Pachi Herrera, entre otros. «Estoy muy contento por eso y por las cosas que uno aprende, los desafíos de estar a la altura de cada circunstancia y como me ayudan a crecer profesionalmente como músico».

El folclore argentino es su favorito, más allá de haber tocado la batería en una banda de rock y otra de salsa. Ha recorrido gran parte del país a través de la música, estuvo en Brasil y Uruguay y dice que “aún queda hilo en el carretel” para seguir viajando. “Lo hice con festivales, peñas, eventos privados, carnavales, fechas patrias, cumpleaños de ciudades. La música me ha dejado cumplir mucho sueños”, narra.

Junto a las clases en las que se especializa, Fernando tiene un estudio de grabación de batería de primera calidad. “Dispongo de la opción de hacerlo cuando me lo piden. Lo hago en mi casa, se produce con quien traiga la idea y se envía”, manifiesta, y agrega que mandó material a Estados Unidos, España y Brasil. Puede generar un buen audio y “todos los aspectos que se deben tener en cuenta”. Para contactar con él y empezar con las clases, cualquier interesado puede comunicarse al 3413615107 o seguirlo en Instagram donde lo encontrás como fer_kurriger