La Ciudad

#25N: “Cuando la lucha es colectiva, la fuerza no se rompe”

La Corriente Mujeres Roldán emitió un documento que cuestiona fuertemente la actividad programada por el municipio en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Por: Corriente de Mujeres Roldán.

El 25 de noviembre es una fecha que no admite liviandades. Es un día para hablar con seriedad de violencia de género, de políticas públicas, de responsabilidad estatal y, sobre todo, de la estructura que la sostiene.

Por eso, resulta preocupante que la propuesta municipal para esta jornada sea una charla titulada “Primeros pasos para lograr la independencia emocional y económica”, destinada a mujeres que atraviesan o atravesaron situaciones de violencia.

A primera vista, puede parecer bienintencionada. Pero basta mirarla un poco más de cerca para advertir un problema profundo: el enfoque desplaza nuevamente el peso hacia las mujeres, como si la violencia fuera consecuencia de su falta de independencia, de nuestras decisiones o emociones. Como si la salida dependiera únicamente del esfuerzo individual de cada una, LA RESPONSABILIDAD VUELVE A CAER SOBRE NOSOTRAS.

La violencia de género no se resuelve con motivación personal. No se combate con talleres de autosuperación. No desaparece porque las mujeres “demos los primeros pasos”.

La violencia es estructural, política y social. Y necesita respuestas en esa misma escala. Este tipo de actividades, aunque parezcan útiles, refuerzan la idea de que debemos aprender a salir de la violencia, en lugar de que el Estado y la sociedad trabajen para que los varones dejen de ejercerla.

Porque la pregunta que falta, la más obvia y la más urgente, es simple:¿Y el rol de los varones?

Seguimos diseñando políticas para “acompañar a las mujeres”, “empoderarlas”, “guiarlas”, “independizarlas”…pero casi nunca diseñamos políticas que intervengan sobre quienes ejercen la violencia.

Se vuelve a pedir que nosotras cambiemos. Que nos fortalezcamos. Que encontremos herramientas. Que carguemos el proceso en soledad. Mientras tanto, los varones —los sujetos que efectivamente producen el daño— quedan fuera de la escena. Invisibles. Intocados.

Es un enfoque que el feminismo viene cuestionando hace décadas: la responsabilidad nunca puede recaer sobre las víctimas. No se trata de que las mujeres no sepan “independizarse”. Se trata de que la violencia existe porque hay varones que violentan. Y porque hay un Estado que todavía no diseña políticas contundentes para trabajarlo: programas de reeducación, intervenciones obligatorias, prevención comunitaria, abordajes integrales de masculinidades, políticas económicas y sociales que acompañen de verdad, no solo desde el discurso.

La imagen de la convocatoria refuerza esa misma lógica individualista: una mujer sola, caminando hacia una luz que promete futuro. La estética del empoderamiento vacío. La narrativa de que cada una “se salva sola”.

Pero la verdad es otra. No se sale sola. Se sale con Estado, con políticas, con redes, con acompañamiento real. Y, sobre todo, se sale cuando la violencia deja de ejercerse.

El 25N no es una efeméride para motivar a las mujeres. Es un día para hacer incomodar al poder. Para señalar responsabilidades. Para hablar de desigualdad, de patriarcado y de decisiones políticas.

No necesitamos más talleres que nos enseñen a las mujeres cómo sobrevivir a la violencia. Necesitamos políticas que trabajen para que no tengamos que sobrevivir nada.

Porque el feminismo no pide que nos expliquen cómo recomenzar. Pide que no nos dejen solas. Y pide, sobre todo, que ellos dejen de violentarnos.

Por eso, desde La Corriente Mujeres aplaudimos la lucha que supo darse en Roldán y abogamos para que esos espacios que supieron convocar a más de 200 mujeres que nos manifestábamos exigiendo políticas públicas, visibilizando las violencias, diciéndole a cada mujer roldanense que no está sola y que, desde un movimiento plural y organizado, supo incomodar al poder, vuelva a cobrar vida en nuestra ciudad para que cada roldanense que desee manifestarse pueda hacerlo en su territorio, y asi, desde cada rincón del país podamos mostrar que las violencias existen y que no vamos a permitir que sea el propio Estado en su rol fundamental de protección que incluye la seguridad de los ciudadanos, la garantía de los derechos humanos frente a violaciones por parte de particulares o del propio estado, y la promoción del bienestar a través de sistemas de protección social, sea quien nos violente.

El 25N no es una fecha para domesticar la discusión ni para vestirla de buenas intenciones: es un día para señalar con claridad que las violencias existen, que tienen responsables y que requieren respuestas políticas, no gestos simbólicos.

Que este 25N nos encuentre organizadas, movilizadas y con la agenda en alto. Que nos encuentre nombrando las violencias, denunciando las ausencias del Estado y reclamando lo que nos corresponde: vivir una vida libre de violencias.

Porque cuando la lucha es colectiva, la fuerza no se rompe. Y cuando la fuerza no se rompe, la historia continúa.