La Ciudad

Una experiencia sobre ruedas: el roldanense que recorre el país de norte a sur a bordo de su moto

Comparte la aventura con Ayelén, quién ideó la iniciativa de viajar por toda la ruta 40 desde La Quiaca hasta Ushuaia. Mientras tanto, acumulan experiencias y suben el día a día a Instagram.

Patricio habla y del otro lado del teléfono se escucha a una gran cantidad de grillos que musicalizan el ambiente. Está en Chilecito, provincia de La Rioja, a la mitad de un viaje que comenzó hace poco más de un mes y medio sobre dos ruedas. El gran desafío es hacer toda la ruta 40 en moto, de norte a sur, sin fijarse tiempos ni correr con los horarios. Si bien al comienzo de la travesía eran tres integrantes, ahora él comparte el viaje con Ayelén, ya que Rodrigo debió bajarse por cuestiones personales.

Salimos sin tiempo alguno, todo depende de lo que vaya sucediendo en el camino, los lugares donde estemos, lo que podamos hacer y visitar. No sabemos cuándo volveremos”, contó Patricio a El Roldanense. Desde un principio, no dudó en sumarse a la iniciativa de su compañera en esta aventura, y actualmente se encuentran bajando por una de las principales trazas nacionales. De hecho, ya han ido hasta el norte y, con la continuidad del viaje, van acumulando anécdotas y nuevas experiencias.

Anteriormente, habían realizado viajes similares, aunque no eran tan extensos como este. Se conocieron en un recital de La Renga y ambos comparten la pasión por salir al mundo y recorrer. Marcado con resaltador, en el cierre del viaje el plan es llegar a la casa de la madre de Ayelén, en Tierra del Fuego, de donde también ella es oriunda. De hecho, hace tiempo que no regresa tras vivir en Buenos Aires con su abuela y un tiempo en Roldán, antes de salir. Como canta Chizzo, “aunque el planeta termine en un círculo, el final es en donde partí”.

Esta experiencia, asumen, es totalmente distinta al modo de vida al que estaban acostumbrados. “Hoy en día, nuestra casa es una moto y nuestro dormitorio es una carpa. Depende del lugar donde estemos, paramos y vemos qué podemos hacer”, describió Patricio desde un camping de la localidad riojana que les brinda algunas comodidades y en el que hicieron un voluntariado. “Además, podemos visitar otros destinos que nos van recomendando”, añadió. Hay sitios en los que se quedan de paso, así sea durmiendo en una casa o armando la carpa al costado de la ruta.

A medida que el viaje transcurre, suben contenido del día a día y de los lugares por los que andan a la página de Instagram @amukan.viajar. En medio de la aventura, coinciden en que uno de los grandes motivos del viaje es conocer gente nueva y coleccionar experiencias. “Vamos aprendiendo de todo lo que vemos. También hacemos artesanías y cosas para vender y sustentar los gastos”, señaló. A la vez, puntualizó que Purmamarca, la pequeña localidad jujeña, fue el lugar más lindo de los que visitaron, “por sus paisajes y la calidad de la gente”.

“Es tremenda la cantidad de anécdotas que se pueden juntar en un viaje así. Hubo personas que nos dieron plata sin conocernos, diciendo ‘tomen para la nafta, para comer, páguense un camping o hostel’”, contó Patricio, y dijo que es algo que ya no lo sorprende, por la amabilidad que manifiesta la gente con quienes protagonizan este tipo de aventuras. “Lo más loco, algo que nos llamó la atención, fue un chico que nos cruzamos en un camping de Purmamarca y venía viajando a pie desde Buenos Aires. No llevaba más que una guitarrita y una mochila con pertenencias personales. Incluso, iba pidiendo ropa”, aseguró.

El próximo destino será una moto posada en San Juan, luego irán a Mendoza y seguirán bajando por la ruta 40. En tanto, asumen que el viaje es “increíble”, pero que no viene siendo como lo pensaron. “Muchas de las cosas que puedas planear para algo así terminan sucediendo de forma contraria, para bien y para mal”, detalló. “A veces sale todo al revés, aunque eso también es lindo, al encontrarte con muchos desafíos”, profundizó, antes de subirse nuevamente a su moto y volver a acelerar.