La Ciudad

A un año de la pedrada: el granizo le destruyó el taller pero con ayuda logró salir adelante

El intenso granizo dañó severamente las chapas, aunque recibió una gran ayuda de amigos y conocidos y pudo ponerse de pie. Hoy, Omar piensa en poner un showroom para la venta y continúa trabajando.

Aquel 27 de febrero, Omar Depascuale sabía con qué situación se podía encontrar una vez regresara a su taller. La furia de la pedrada había hecho mella en los techos de chapa de su carpintería y solo le quedaba esperar a que la tormenta diera un respiro para llegar y observar de cerca el panorama. Las piedras habían dejado un sinnúmero de huecos y por allí se filtraba el agua de la lluvia. Sin embargo, con ayuda de familiares y amigos, pudo cambiar ambos techos para seguir trabajando. A un año, se atreve a mirar en retrospectiva para recordar ese episodio.“Ver los agujeros ese día y cómo caía el agua fue algo terrible. Tuve una sensación fea porque no podes hacer nada más que mirar”, recordó Omar en charla con El Roldanense. Una vez que pudo llegar al taller, ubicado de forma contigua a su casa, se dispuso a sacar el agua, tapar trabajos en los que había avanzado y llevar otros elementos a la casa de su madre. Todo esto, con la ayuda de su hijo, su esposa y uno de sus sobrinos. De hecho, esa misma tarde y a partir de un contacto local, fue hasta San Jerónimo a buscar silobolsas que sirvieron para tapar los agujeros.El temor porque sucediera algo así rondaba en la cabeza desde hacía tiempo en la cabeza de Omar, que había comprado chapas usadas para hacer el cambio de techo de a poco. Incluso, cuando en su momento vio el granizo que afectó a una gran parte de Rosario, pensó que su taller no podría resistir una tormenta similar. “Fue un mal momento, es algo difícil, pero gracias a Dios la situación se fue superando y hoy estoy trabajando normalmente”, contó él, mientras con la vista recorrió el techo nuevo y un trabajo hecho con dedicación.Carpintero por herencia, trabaja en un lugar al que su padre dio vida hace más de 55 años. Actualmente, presiente que la labor realizada en los techos permitirá no volver a preocuparse por esta cuestión por otras cinco décadas. “Mi viejo lo hizo desde abajo. Vino desde Rosario, donde trabajaba para la fábrica Fortuna Muebles. Desde aquí hacía los placares para esa empresa, y con el tiempo empezó a trabajar a medida”, detalló. “Nos fuimos agregando los hijos y, a medida que pasaron los años, el único que quedó fui yo”, expresó.En su momento, la ayuda de grandes amigos y conocidos fue elemental para seguir de pie. “He podido cambiar ambos techos, quedaron los dos iguales y ya están terminados. Al primero lo hicimos en semana santa, y el otro a los cuatro meses”, rememoró Omar. “Diferentes amigos y clientes habían hecho una cuenta y colaboraron con plata que me sirvió para comprar materiales. A la vez, un amigo de mi ahijado que vive en Rosario tiene venta de chapas y me donó muchas unidades nuevas”, contó. De todos modos, la colaboración no fue solo económica.“Tuve un montón de ayudantes con la mano de obra. Si bien se tomaron todas las precauciones, tuvimos dos accidentes que por suerte no fueron graves y quedaron como anécdota”, recordó. El primer techo fue repuesto en tiempo récord, de jueves a domingo en el fin de semana largo de semana santa, poco después de un mes de la tormenta. “Para el otro techo convoqué menos personas y fuimos rotando, para que sea más seguro para todos”, señaló.Más acá en el tiempo, Omar colocó un televisor para ver el Mundial y también comenzó a recibir la ayuda de su hijo, quien recién tiene 15 años. “No queremos sacarlo del estudio. Si el día de mañana le gusta, estará bien, y sino se verá qué es lo mejor para él”, advirtió. No obstante, el trabajo hecho lo motivó a más y ahora mismo piensa en hacer un showroom para la venta al público, junto a las cosas que hace a medida. “Son cosas que pegan e invitan a mirar para adelante. Lo hicimos todo a pulmón”, relató, y concluyó: “Todo esto te hace sentir que tenes buenos amigos, y eso es impagable”.

Si queres visitar su taller, el mismo se encuentra por calle Mendoza al 900, y su número de teléfono es 3415984808.