Lo viejo funciona: fabrica réplicas de autos antiguos en Roldán y los vende en todo el mundo
Bajo el nombre de Madster Garage y con el taller ubicado en pleno barrio Fontanet, Federico Paladini hace réplicas a pedido que viajan a diferentes países. Como lo inmortalizó El Eternauta: lo viejo funciona.

Federico Paladini nació en el seno de una de las familias empresarias más reconocidas del país y eligió un camino distinto. Trabajó en Estados Unidos y, tras volver a sus raíces, decidió instalar su propio taller de autos en Roldán: Madster Garage.
El taller se especializa en restauraciones de clásicos, modificaciones y fabricación artesanal de réplicas de vehículos antiguos. Para Federico, Madster es mucho más que un lugar de trabajo: es el espacio donde confluyen la pasión por los autos y el legado familiar.
La impronta de Madster Garage se distingue por una particular convergencia: la pasión por los autos japoneses de los 90, heredada de su papá y marcada por un Honda Civic icónico, y la fascinación por los robustos clásicos americanos, de los cuales, para Federico un Hudson o, el “Doc Hudson” de la película Cars se convirtió en una restauración y orgullo personal.
“El fuerte son dos extremos, dos polos completamente opuestos: por un lado los japoneses y por otro lado los americanos. Generalmente esos polos no suelen tocarse”, explicó Federico en conversación con El Roldanense.
Su camino en el mundo automotor comenzó temprano, con trabajos de chapa y pintura y más adelante, la mecánica. Arrancó con su primer taller “Madhouse Garage” en el garaje de su casa, y posteriormente montó un taller en Estados Unidos, donde vivió y trabajo durante cuatro años.
Si bien la idea original era fabricar carrocerías artesanales de Ford 32 para exportar, su regreso a Argentina lo reafirmó en el potencial local. “Me di cuenta de que en este país se logran cosas que en el resto del mundo son muy llamativas”, agregó Paladini, quien tuvo pedidos de carrocerías incluso desde California.
Una de las creaciones más emblemáticas de Madster Garage nació de un deseo infantil: un Ford Roadster a escala para su hijo. Lo que comenzó como un proyecto personal se convirtió en un objeto de deseo, una réplica funcional de un clásico.
Desde “Madhouse Garage”, Federico tuvo la oportunidad de trabajar con autos de alta velocidad. Transformó un Honda Civic Si 07 en un proyecto personal con un motor creado desde cero con 1100 caballos de fuerza.
Aunque ahora el auto está sin motor, tuvo sus épocas de gloria en las pistas. Corrió en Mendoza, una de las pistas más exigentes de Argentina, donde ganó la Copa de las Naciones (una competencia entre Chile y Argentina) e hizo el récord de pista en su categoría.
Actualmente, el taller se encuentra en un momento de transición, con una creciente demanda en mecánica de performance, sin descuidar la restauración de clásicos. A su vez, busca pisar fuerte en el resto del mundo, con sus modelos únicos que nacen en el taller de Roldán.
Ver esta publicación en Instagram