La Ciudad

Otra garita que es una obra de arte: muralistas aplican técnica milenaria en la ciudad

Pablo Vacazur y Martín Albornoz son dos artistas formoseños que se encuentran en Roldán trabajando en las garitas. Se basan en símbolos identitarios de la ciudad y hablan sobre su técnica de trabajo.

La garita es una obra de arte. Se advierte a unos metros y, a medida que uno se acerca, crece la necesidad por explorar cada detalle. Pablo Vacazur y Martín Albornoz trabajan bajo la luz de sol durante la mañana del lunes y se prenden a una charla no solo con El Roldanense, sino con cada persona que comienza la semana y pasa por el lugar, en la plaza San Martín. Se trata de dos artistas formoseños que fueron convocados por la Municipalidad para dejar su huella en Roldán. Una vez finalicen su obra en esta parada, finiquitarán otra en la garita 3, por la Ruta 9.

“Pertenecemos a un grupo que se llama Movimiento Formoseño Muralista. Empezamos con esta obra el jueves, nuestra técnica es de murales grafiados, con capas sucesivas de revoque de color”, cuenta Pablo a este medio sobre su forma de trabajo. “Se van generando distintos planos de color y, después, se hace un desbaste de la imagen mientras el material está fresco. Lo vamos descubriendo y queda armado el diseño”, narra. La obra ya casi está terminada, solo quedan hacer “unos retoques visuales, resaltar volúmenes, y eso se hace con color. Se le dan luces y sombras para que adquiera más preponderancia cada imagen”.

Allí se pueden ver la iglesia, el tanque de COPROL y el tren. “Para el diseño, trabajamos con cosas que tengan que ver con la identidad de Roldán. Generalmente, nosotros llegamos a un lugar, conocemos a la gente, vemos qué actividades realizan o qué tipo de comunidad es, y tratamos de hacer una obra que refleje su identidad”, especifica. “Graficamos elementos identitarios no sólo a nivel edilicio, sino también esa parte simbólica de progreso, de fe y el arraigo de la gente a estas tierras. El crisol de razas que significa la unión de muchos inmigrantes que poblaron estos lugares”, suma.

Conocer una nueva comunidad es otro de los elementos que destacan los artistas mientras dan rienda suelta a su talento. Están por primera vez en Roldán, aunque ya habían visitado Rosario y destacan que “hay una importante actividad artística en la zona”. “Tratamos de recorrer Argentina y conocer todo lo que hay alrededor de la gente que habita un lugar, la estructura y su idiosincrasia. Está bueno que se dé esta posibilidad del arte público y que esté al alcance de cualquier persona. Uno puede contemplar una obra que lo identifica con el lugar que transita todos los días”, destaca Pablo, y la diferencia con las que pueden hallarse en galerías, a las que “no todos tienen acceso”.

Ambos destacan la relación con la gente que se detiene a hablar y a cruzar experiencias.  “Las personas van viendo el proceso, la manera en que se transforma el lugar. Eso genera pertenencia con la gente, sabes que lo van a cuidar y tenes la tranquilidad de que vas a volver en unos años y la obra todavía va a estar”, expresa. “La gente te va a recordar porque te vio una semana de su vida haciendo este trabajo”, argumenta antes de continuar. Tras finalizar esta labor, volverá a la garita de la ruta, en la que utiliza “la técnica tradicional del mural pictórico”. Martín y Pablo se prestan para la foto, para luego seguir trabajando y charlando con la gente.