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Los hermanos roldanenses de 10 y 15 años que compiten a caballo y están entre los mejores del país

Ramiro y Ciro comparten la pasión y se encuentran en las principales posiciones del certamen provincial. En octubre, viajarán a competir a Jesús María, Córdoba.

La foto muestra a la perfección la simbiosis entre Ramiro y su caballo. Se encuentran en plena competencia cuando el animal mira de reojo a su fiel ladero, como si quisiera ver su expresión al tiempo que intenta no perder de vista el camino. Sucedió en una de las tantas carreras en las que el joven roldanense, de 15 años, destacó como uno de los mejores de su categoría en la provincia de Santa Fe. Comparte la pasión con su hermano menor Ciro, de 10 años, y pronto representarán a Roldán en un certamen que se disputará en Jesús María, Córdoba.

Tanto Ramiro como Ciro Gommaid se encuentran en las principales posiciones provinciales en sus divisiones, juveniles y menores respectivamente. Cada campeonato santafesino es disputado por representantes de casi todas las ciudades, y finalizará el próximo 23 de septiembre en Arequito. Los resultados que hasta aquí han obtenido ambos son el reflejo de una pasión que absorbieron desde pequeños, que es herencia familiar y a la que dedican muchas horas de la semana. Mientras se preparan para dar el zarpazo final en la provincia, se preparan para el gran Nacional.

“Es un orgullo muy grande ver a nuestros hijos disfrutar de lo que hacen y la pasión que le ponen. Más allá de los resultados, lo importante es que lo hacen con amor”, dice Florencia, su madre, a El Roldanense. La familia viajó el pasado fin de semana del domingo 5 a La Paquita, una localidad cordobesa en la que Ramiro volvió a triunfar, ganó premios en “juveniles” y “libres” y fue reconocido por sus orígenes. “Desde chicos les gustan los caballos, aunque hace seis años se lanzaron a competir y muchas veces viajamos. Mi marido es quien prepara los caballos junto a ellos”, destaca ella.

El Nacional de Jesús María, a disputarse el 9 y 10 de octubre, obligará a Ramiro y Ciro a competir frente a los mejores del país, sin embargo no será su primera vez. Ambos entrenan de lunes a viernes en el campo roldanense, en tanto aprovechan los sábados para bañar a sus caballos y dejar todo listo de cara a la competición de cada domingo. “Van todos los días, tienen contacto con ellos y los sacan a caminar”, cuenta Florencia, quien acompaña a sus hijos en cada uno de los viajes y valora el camino recorrido hasta ahora.

Esperanzados con que las carreras de Córdoba que se avecinan les permitan grabar su nombre a nivel nacional, los hermanos heredaron esta pasión de un tío que hacía pruebas de rienda y de su padre, Jesús, quien en su momento tuvo su primer caballo y les contagió la energía a sus hijos. “Hoy, el padre se dedica a acompañarlos y ayuda a preparar todo lo necesario. Nosotros somos espectadores nomás, vamos a verlos disfrutar cuando corren y es algo inexplicable, intentamos gritarles y alentarlos. Es algo muy emocionante para nosotros como papás”, narra la madre.

“Es un honor y un orgullo ir a otra provincia y que él sea reconocido como santafesino y roldanense”, suma Florencia mientras deja trascender su alegría. Dice que aprovecha el momento para “felicitarlos a ambos”, por los resultados obtenidos últimamente. Además, se refiere a los otros protagonistas de esta historia: “Los caballos son parte de nuestra familia y compartimos mucho de nuestros días. Es muy lindo ver el cariño que se tienen con mis hijos, y es fundamental ese afecto y respeto”. Los de Ramiro fueron bautizados como Tornado y Toc Toc, mientras que los de Ciro se llaman Carmen y Bailarina.

Actualmente, ambos chicos disfrutan crecer al lado de sus fieles compañeros, aunque Florencia dice que el más grande se lo toma con mayor seriedad. “Siempre se levanta temprano, saca a los caballos y les da de comer. Se encarga del trabajo más grande y se esmera toda la semana. Ojalá que el día de mañana, cuando sea más grande, pueda seguir compitiendo e ir hacia otros lugares”, se ilusiona. “Ellos lo disfrutan, les gusta el día a día y a mí me pone feliz. Es muy sano y hacen muchos amigos, algo muy valorable”.

La familia repite el ritual cada fin de semana, el de viajar y acompañar a los dos hermanos en su aventura provincial. Pronto llegará el momento de competir con los mejores del país, aunque lo importante va más allá de premios y resultados. “Esto genera un gasto muy grande, pero es lo que a ellos les gusta. Mientras nosotros podamos dárselo y acompañarlos a donde sea, lo vamos a hacer”, narra ella como corolario.