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Carlos Del Frade: “Mientras no pensemos nacional, seguiremos siendo colonia”

El candidato a diputado nacional del Frente Amplio por la Soberanía (FAS) reflexiona sobre la necesidad de reconstruir un proyecto nacional desde la soberanía.

A pocos días de las elecciones del 26 de octubre, el diputado provincial y candidato a diputado nacional por el Frente Amplio por la Soberanía, Carlos del Frade, reflexiona sobre la situación política, económica y social del país. Denuncia la continuidad del saqueo bajo distintas formas de gobierno, la dependencia respecto de los Estados Unidos y la necesidad de reconstruir un proyecto nacional desde la soberanía.

¿Qué significa recuperar la voz nacional?

Recuperar la voz nacional es recuperar la posibilidad de pensarnos de nuevo como país independiente. La Argentina ha desaparecido como nación soberana. Nos convirtieron en una estrella escondida en la bandera yanqui. Hay que recuperar la riqueza nacional para tener un proyecto propio. Si no se piensa en lo nacional, no hay industria, no hay trabajo, no hay futuro.

¿Qué lugar querés ocupar en el Congreso?

Quiero llevar la voz de la izquierda nacional, la que encarnaron figuras como Pino Solanas. No se trata de tener buenos modales, sino de animarse a denunciar la dependencia, la extranjerización de nuestras riquezas y el saqueo cotidiano. Quiero que en el Congreso se escuchen las voces del pueblo y de las provincias, no las de las embajadas ni las de las corporaciones.

¿Cómo caracterizás la situación política actual?

Estamos viviendo un momento histórico de dramático saqueo. Pullaro y Milei tienen la misma pasión: el ajuste contra los trabajadores y la dependencia de las multinacionales. Son los virreyes nacionales que se ofrecen al patrón de la Argentina, que es Estados Unidos. Uno lo hace con una motosierra simbólica; el otro, con una sonrisa de gerente. Pero ambos expresan lo mismo: la continuidad del saqueo.

¿Qué papel juegan los aliados provinciales de esos proyectos?

Pullaro y Scaglia son los virreyes racionales del saqueo. Se presentan como administradores sensatos de un país dependiente. Fueron a Estados Unidos a buscar el visto bueno del poder real. Lo más doloroso es ver a radicales y socialistas acompañando ese esquema. Que el socialismo avale una figura como Scaglia, que promueve la demolición del derecho laboral, es una traición a su historia.

¿Qué opinás de las llamadas “reformas de segunda generación” que propone Milei para después de las elecciones?

Son la demolición del derecho laboral. Quieren eliminar la Ley de Contrato de Trabajo de 1974, uno de los grandes logros del pueblo argentino. Es la fase final de la dependencia: primero la entrega de los bienes comunes, después la eliminación de los derechos de los trabajadores.

¿Qué efectos está dejando este modelo en la sociedad?

Hay una transferencia brutal de ingresos desde los sectores populares hacia los grupos concentrados. Eso genera un dolor social enorme. Los suicidios casi se duplicaron en los últimos dos años. La eliminación de las políticas de salud mental tiene relación directa con eso. Es el dolor convertido en estadística. Hay mucha tristeza en nuestro pueblo, mucha bronca, pero también esperanza.

¿Y la situación tributaria en Santa Fe?

Los que más tienen siguen pagando menos. Hay terratenientes con miles de hectáreas que figuran como pequeños productores, y empresas que se registran como pymes cuando no lo son. El artículo 116 de la Constitución Nacional permite cobrar más ingresos brutos a las grandes exportadoras, pero no se aplica. Así la mochila fiscal cae siempre sobre la clase media y los sectores populares.

¿Cuál es la alternativa?

Protagonizar. Pelear por lo que se ama. La política tiene que volver a ser una herramienta para imaginar la sociedad que queremos. Para vivir diferente, hay que votar diferente. Si el pueblo vuelve a hablar con voz propia, todavía hay futuro.