Huerta en casa: una tendencia saludable que germina en la ciudad
Cada vez son más los roldanenses que producen sus propias verduras y hortalizas. El fenómeno pisa fuerte en los nuevos barrios.
Por Verónica Peyrano
Son cada vez más los roldanenses que optan por producir ellos mismos sus verduras y hortalizas para consumo familiar: el éxito del programa Pro Huerta lo demuestra.
Pro Huerta es un programa que implementa el Instituto Nacional de Tecnología Alimentaria (INTA) brindando insumos y capacitación para quienes quieran hacer sus huertas familiares, escolares o comunitarias. El éxito en la distribución de semillas durante 2017 indica que el interés de la gente es cada vez mayor y que son varios los factores que confluyen en esta sana motivación.
En la ciudad, el programa se pone en práctica desde la Secretaría de Producción municipal. Tanto desde el INTA como desde el Municipio concuerdan en que año a año acude cada vez más gente a retirar las semillas para comenzar con su propia huerta orgánica, y que los números de los paquetes entregados “prácticamente duplican” a los de años anteriores.
La ingeniera agrónoma Alicia Gadda, coordinadora del Pro Huerta del INTA Roldán, reflexionó sobre el incremento en el interés por generar huertas orgánicas, tanto para consumo familiar como para insertarse en el circuito comercial de pequeños productores: “Todo el mundo quiere hacer huertas sanas y saludables, sobre todo llama la atención la gente que vive en los barrios nuevos, gente que se va de la ciudad grande para estar más en contacto con la naturaleza y que aprovecha el espacio de tierra”.
El objetivo del Pro Huerta es mejorar la salud y soberanía alimentaria generando con cada huerta una fuente de alimentos saludables para cada familia, así como ingresos en emprendimientos productivos. La autoproducción de alimentos es la meta del programa que desde hace años funciona en la ciudad, y que crece en demanda.
“Puede ser que tenga algo que ver con la moda y bienvenido sea, pero yo creo que como consumidores estamos más maduros. Estamos aprendiendo a ser buenos consumidores, a preocuparnos por lo que ingerimos y no solamente por que sea rico, sino por saber qué nos aporta y de dónde viene”, explicó Gadda y apuntó a un sector poblacional como factor de cambio: “Son muchos los jóvenes que se están preocupando por una alimentación más saludable”.
La ingeniera del INTA relaciona el aumento en los paquetes de semillas entregados no sólo con el aumento de la población, sino con la composición de los habitantes de los “nuevos barrios”. Según Gadda hay gente de distintas edades, matrimonios jóvenes, chicos y adultos solos que se mudaron a la ciudad en donde pueden disfrutar de un espacio de tierra que “se revaloriza”.
En este punto coincide en su análisis Mónica Ahumada, referente municipal del programa Pro Huerta: “Hay un grupo que viene desde hace años buscando sus semillas y eso se sostiene, pero también hay muchísima gente nueva. La gente que se ha agrupado en los barrios nuevos, con el deseo de comer saludablemente”.
Otro argumento que explica el éxito del programa en la ciudad son los niños como agentes de cambio: “Son muchos los niños que acercan a sus padres a generar una huerta propia, la escuela es la que difunde y los chicos después quieren hacerlo en su casa”, cuenta Ahumada y agrega: “Los chicos son los mejores difusores de estos hábitos”.
La ingeniera Gadda coincide: “Las escuelas también colaboran con esto: muchas están involucradas con este tipo de emprendimiento de huertas escolares, que son huertas agroecológicas sin contaminantes, hablando y enseñando la importancia del medio ambiente”.
Las escuelas implementan las huertas escolares y generan en los chicos el hábito del cultivo y la cosecha. Ese aprendizaje es un excelente enganche para que cientos de familias opten por generar sus propios alimentos y hábitos de consumo saludables.
“Es notorio como se ha ido incrementando: de 300 paquetes que entregábamos saltamos de golpe a entregar 600, la demanda es muy grande”, detalló Ahumada. Gadda sostiene que el fenómeno “es notable” y analiza que en unos tres o cuatro años “se ha duplicado” el impacto del programa.
Pro Huerta reparte dos tipos de paquetes de semillas: el llamado paquete “urbano” que consta de siete variedades de semillas de estación, y que rinde para unos 50 metros cuadrados de cosecha. Las variedades de semillas se reparten de acuerdo a las temporadas primavera / verano y otoño / invierno. También se reparte un paquete “típico” pensado para un espacio rural de unos cien metros cuadrados, que consta de 14 variedades de semillas.
Una apuesta fuerte para este año va a ser no sólo la provisión de estos insumos, sino el incentivo a generar cada familia su propia producción de semillas: “El Pro Huerta va a aportar mucho en subsidios para estimular que haya producción local de semillas, para que las familias aprendan a cosechar sus propias semillas y para que si algún productor desee hacerlo, pueda encontrar un apoyo económico que puede ser tanto en infraestructura como en capacitaciones”, anunció Alicia Gadda.
El resultado esperado es que las huertas orgánicas familiares se repliquen en cada hogar. La difusión de los tipos de hortalizas que se cultivan en cada temporada, el mantenimiento de las huertas y cómo generar herbicidas naturales son parte de los conocimientos impartidos en cada capacitación.
Cultivar y cosechar en el patio de cada casa es la propuesta de un programa que, por donde se lo mire, ofrece ventajas y beneficios. No sólo se incorpora a la alimentación de cada hogar productos orgánicos saludables, sino que representa un ahorro económico importante.
Además se generan hábitos de autoproducción que se sostienen en el tiempo, incorporando la práctica de la producción de semillas junto con la cosecha de cada temporada.
Próxima temporada
La Secretaría de Producción de la Municipalidad informó que ya se están entregando de modo gratuito las semillas Pro Huerta correspondientes a la temporada Otoño / Invierno 2017. Las mismas se retiran de lunes a viernes, en el horario que va desde las 7.30 hasta las 12.30, en Rioja 642.