Qué hacer para que tus mascotas no sufran por los estruendos
En Roldán la pirotecnia no está prohibida, y en fechas como Navidad y Año Nuevo su uso suele ser considerablemente mayor, afectando a perros y gatos.
Ante la llegada de las fiestas de fin de año, el uso de pirotecnia se acrecienta, y más aun en localidades como Roldán cuyo uso no está prohibido. Las mascotas son las que más suelen sufrir las consecuencias de los fuertes estruendos, por eso puede resultar fundamental seguir una serie de recomendaciones como las que fueron elaboradas por especialistas del Instituto Municipal de Sanidad Animal (Imusa) de Rosario.
En el caso de poseer una mascota proclive a padecer ataques nerviosos a causa de los ruidos provocados por la detonación de explosivos, es necesario anticiparse a la reacción. Si el animal se va a quedar en soledad, se recomienda recurrir a un veterinario que le suministre un sedante en gotas, que será administrado bajo estrictas precisiones del profesional. No obstante, se aconseja administrarlo durante la mañana y proveer una segunda dosis una hora antes de abandonar la casa para poder advertir cómo opera la droga en la mascota.
Es importante dejar a la mascota en un espacio pequeño, despojado de cualquier material que le pueda causar cortes o lastimaduras. Hay que tener en cuenta que al escuchar los ruidos puede comenzar a moverse con rapidez.
Otra de las recomendaciones es dejar prendido el televisor o la radio para que los sonidos de las emisiones aplaquen los ruidos provenientes de las detonaciones del exterior. Otra alternativa es colocarle en los oídos pequeños tapones de algodón con la ayuda de una gota de vaselina para que no se lastimen. Ello aplacará la fuerza de las vibraciones y ayudará al animal a permanecer más tranquilo.
En todo caso, siempre es mejor no dejar solas a las mascotas en noches como la de Navidad o Año Nuevo. Si el dueño va a permanecer en casa, se aconseja observar al perro o al gato cuando comienzan los mayores ruidos y si se advierte que el animal se pone nervioso, llevarlo a un lugar más alejado, donde pueda sentirse seguro. Si elige esconderse, hay que respetar su conducta.