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Cingolani, el roldanense que es una de las joyas de Newell’s y sueña con afianzarse en Primera

Debutó a fines del año pasado en el club donde hizo todo el recorrido de inferiores. Vive en la ciudad hace más de 10 años, en su momento pudo irse a un club poderoso de Inglaterra y hasta fue convocado a la selección.

Viajamos al último 28 de diciembre y hacemos zoom en el estadio Marcelo Bielsa. Faltan poco más de 15 minutos para el final del partido, cuando Luciano Cingolani ingresa a la cancha y hace su presentación. Pasados unos instantes, llega un centro desde la derecha, él se arroja en palomita y convierte el gol que le da la ventaja a su equipo, Newell’s, ante Central Córdoba de Santiago del Estero. Fue un debut con gol para el delantero, quien reside en Roldán hace más de una década y creció en la ciudad. “Fue increíble”, relata a El Roldanense y pasa a contar su historia.

“Llegué a Newell’s en la categoría pre décima, que es la primera en cancha de once, por intermedio de Carlos Domínguez, un captador que tuvo el club y falleció hace unos años. Él me consiguió la prueba y quedé jugando desde aquel año hasta ahora”, dice. Escaló peldaños de una forma repentina, jugó en Reserva a una edad temprana y llegó a primera. Hoy, con 20 años recién cumplidos, es una de las piezas del plantel que conduce Fernando Gamboa.

Tras el período de vacaciones, la actual es la tercera semana de pretemporada. “Estamos cada vez más cerca del inicio del torneo. Siempre las primeras semanas son de adaptación. Intensificamos los trabajos, tenemos doble turno todos los entrenamientos y está siendo bastante duro. Todo sirve para prepararnos para el inicio”, subraya. “El objetivo del equipo es afianzar la idea de Fernando lo más rápido que podamos. Es una idea muy linda y creo que va a tener muchos resultados, pero como todo hay que trabajarlo”, se esperanza.

Tras la salida de Germán Burgos, quien le dio la oportunidad de jugar su primer partido en la élite, llegó el cambio de entrenador. “El planteo de Burgos era un poco defensivo, yo soy extremo y tenía que ser más volante. Por ahí no me sentía tan cómodo, pero estoy muy agradecido con él porque me dio la oportunidad de jugar muchos partidos”, destaca. Y se ilusiona con el porvenir: “Fernando pide un equipo más corto, más agresivo, de ir a presionar arriba, y creo que me va a venir bien porque soy un jugador al que le gusta la velocidad, la potencia, ir para adelante. Ojalá nos vaya muy bien”.

Uno de los grandes deseos que se le hicieron realidad a Cingolani es compartir cancha con ídolos que antes miraba por televisión, o de reojo en el predio Bella Vista, como Maximiliano Rodríguez o Mauro Formica. “Me la pasaba mirando los entrenamientos de ellos, y hoy en día compartir cada día, concentraciones y partidos es increíble. Una sensación linda, algo así como decir que llegaste y cumpliste un sueño”, cuenta entusiasmado la joven joya leprosa, que hizo todo el camino de las inferiores hasta llegar a primera y tiene contrato hasta mediados de 2022.

Previamente a su debut y cuando ya era parte del primer equipo, la pandemia trastocó los planes. Se dedicó a entrenar en casa, aprovechando el patio y una canchita, para así no perder tiempo. “Fue algo feo. Entrenar solo en casa es bastante aburrido. Para nosotros que estamos acostumbrados a entrenar todos juntos en el predio, se hizo difícil. Gracias a Dios, acá en Roldán tenemos parque y espacio”, expresa. “Tengo la canchita, pude trabajar y me preparé bien para cuando volvimos al fútbol después de la cuarentena”.

Su nombre había tomado trascendencia hace unos años, cuando el club inglés Manchester United, uno de los más poderosos de Europa, posó los ojos en él para llevárselo. En su momento no se dio, pero igualmente Luciano no se desespera. “Fue algo concreto. Hubo una oferta en su momento. Un captador del club me siguió durante un año, me dijeron que estaban interesados y que me querían llevar para hacer la pretemporada allá. Yo era chico, tenía 16 años y estaba en sexta división. No se terminó dando por cuestiones que desconozco, por lo económico o algún tema similar”, relata mientras vuelve en el tiempo.

Junto a estas experiencias, fue convocado en tres ocasiones a la selección argentina sub 18, en pos de una preparación para un torneo en España al que finalmente no acudió. “Hicimos amistosos con reservas de equipos argentinos. Terminó siendo una experiencia hermosa. Conocer el predio de la AFA, que es de gran nivel, entrenar y concentrar en sus habitaciones fue algo muy lindo”, recuerda.

Asentado en la ciudad, Cingolani es rosarino pero roldanense por adopción. “Hace un montón de tiempo que vivo acá, creo que 11 o 12 años. En su momento compramos un terreno acá y empezamos a hacer la casa. La ciudad es súper tranquila, me gusta estar acá. Tenemos parque, canchitas de fútbol y siempre la pasamos muy bien”, cuenta. A la vez, aprovecha sus ratos libres para agarrar la guitarra y, en plena cuarentena, se compró un piano. “Me encanta la música. Mi papá me enseñó a tocar la guitarra cuando tenía 10 años, es un hobby muy lindo que me gusta”.

De cara al futuro, no se deja llevar por aquella posibilidad de dar un salto a Europa que no fue. “Todo jugador de fútbol quiere jugar en las grandes ligas, en los grandes clubes de Europa. Creo que si sigo andando bien y continúo demostrando aquí en Newell’s, en algún momento se va a dar”. Igualmente, su vista está posada en lo venidero, lo inmediato: “Quiero seguir afianzándome, no es nada fácil. Hay muchas presiones de la gente y de nosotros mismos por querer hacer las cosas bien. El objetivo principal es seguir sumando minutos para estar cada vez mejor”.