La Ciudad

Utiliza una técnica de Gaudí e invita a los vecinos a ser parte de su mural

Mónica Corrales es de Buenos Aires, trabaja en una de las garitas ubicadas por la ruta 9 e invita a que los vecinos aporten un pequeño granito de arena a su obra hecha en mosaico.

Mónica Corrales coloca un mosaico junto al otro y traza un paralelismo entre su obra y la sociedad. Así como los elementos que utiliza para su obra confluyen finalmente en el gran mural, dice que las personas somos como piezas de un rompecabezas, en el cual  “todos sumados construimos la imagen que queremos ser”. Ella es de Buenos Aires y está trabajando, al igual que muchos otros artistas, en las garitas de la ciudad. Se encarga de la segunda parada llegando desde el cruce de rutas y yendo hacia Funes, donde se puso manos a la obra el miércoles pasado.

Utiliza un método de construcción colectiva, es decir, alienta a los vecinos a que se suman y aporten su pequeño granito de arena. “Mucha gente me donó materiales, gente de enfrente a la garita vino y puso su mosaico. Hay personas que pasan, les gusta y trato de que también se sientan parte. Es la manera que tenemos de que la obra se inserte en la sociedad”, dice a El Roldanense. “El muralista debe interactuar con la persona que recibirá el mural. Muchas veces haces un trabajo y te vas, tal vez no volves nunca más. Si volves es genial, pero esto queda para la gente”.

Su técnica es el trencadís, pero subraya que la empleada en la garita es mixta, ya que también lleva zonas de revoques de color. “Es una técnica antigua y uno de los primeros que la llevó adelante fue Antoni Gaudí, en Barcelona. Él encontraba pedazos rotos de cerámica y empezó a armar edificios” describe. “Lo que tiene esta técnica también es que la intemperie no la agrede. Puede ser que la pintura se deteriore con mayor facilidad, en cambio el cerámico siempre tiene un poco más de resistencia ante el sol, la lluvia o la posibilidad de que le apoyen algo encima”, suma.

En la obra, que está pronta a quedar lista, se pueden ver las primeras imágenes de lo que la autora intenta exhibir. “Representa los abrazos, el cariño, la familia, un poco de lo que venimos necesitando por todo lo que estamos atravesando desde hace un año y medio”, relata ella. A su vez, profundiza en el estilo colectivo del mural: “Hay muchas técnicas, yo manejo unas cuantas, pero esta me gusta porque puedo dejar al otro que participe. De última, si hay un error, una después lo puede corregir”. Está acompañada por personal de la guardia urbana, quienes le llevaron mosaicos que encontraron en el pueblo.

Hace mucho tiempo que Mónica se dedica al muralismo, desde cuando estudió la carrera en la Escuela de Bellas Artes Ernesto De La Cárcova en la década del ‘80, pasando por el momento en que reemplazó a su maestro y tomó horas de su cátedra para ser docente, hasta recorrer distintas ciudades del mundo mostrando su talento. Dice que alrededor de este tipo de arte existe una red muy amplia, por la que “siempre hay alguien que te recomienda y así me invitaron a estar acá”. De hecho, relata que conoce desde el año 2000 a los artistas formoseños que también trabajaron en la ciudad.

Hace años, había tenido la posibilidad de visitar Roldán, pero nunca lo había hecho y esta es la primera vez. “Estoy encantada de estar acá. Pude conocer a la comunidad. Creo que la cultura funciona mucho, hay mucha energía para hacer cosas”, cuenta. “Ves la colaboración, el empuje del municipio y el interés por el desarrollo cultural, hay un interés por la construcción colectiva. Cada uno en lo suyo”, narra. En estos días, recibió ayuda de la presidente del Concejo, Susana Abo Hamed, quien también participó y dejó su sello en la obra.

Tras la charla, se dispone a seguir trabajando, ya que dice que la técnica del mosaico “requiere mucha paciencia”. Igualmente, se muestra muy abierta a que todos colaboren, esa es la razón de ser de su obra. “Hoy, por ejemplo, pasó una nena con su mamá y puso un mosaico; cuando sea grande y pase por acá, va a poder decir ‘yo participé’”, expresa. “El mural se construye con el otro, debemos interactuar con la gente que lo recibe”, dice y vuelve a su trabajo, a colocar un mosaico al lado del otro.

La ayuda de una empleada de la GUR a la artista