Aficionado a la astrofotografía, observa el cosmos desde Roldán y logra captar apasionantes imágenes
Nicolás Carlini comenzó con este hobby cuando era un niño y vivía en Estados Unidos. Hoy, con 39 años, mira hacia el cielo con la misma pasión. Eclipses, nebulosas, imágenes planetarias y más.
Tenía 12 años e iba a la escuela primaria en Estados Unidos cuando participó de su primera feria de ciencias. Por entonces, Nicolás Carlini hizo un telescopio newtoniano de forma casera y con los elementos que tenía a mano, como un tubo, un espejo de los que usan para depilar cejas y lupas. Aquel día marcó el comienzo de su afición por la astronomía, una pasión que lo acompaña hasta hoy y a la que toma como hobby para trasnochar cada viernes desde su casa en Roldán, mirando hacia el cielo.Su familia había decidido emigrar con la crisis de 1989, por lo que se mudó de niño a Norteamérica para regresar tiempo después. No eran pocos los días en que acudía fuera del horario de clases a la escuela, a la nochecita, para aprovechar los telescopios que había en las aulas. “Fue la primera vez que vi Júpiter con las lunas. Me volví loco. Desde ese momento me encantó, pero no se dio para que pueda seguir en ese rubro”, contó a El Roldanense. El destino quiso que se mudara a Rosario a su retorno, para luego trasladarse al barrio local de La Casona hace casi 10 años.“Cuando era adolescente había empezado con el sueño de la astronomía, algo que luego se truncó un poco. Ahora, post pandemia, utilizo este hobby como un cable a tierra solitario, pero súper interesante”, describió. Utiliza su cuenta de Instagram para publicar las imágenes que toma y reflejar lo que ve, aunque aseguró que dentro de su computadora hay archivos similares de un tera-byte. “Se llama astrofotografía. Son fotos captadas con un telescopio y una cámara astronómica. Se pueden sacar imágenes digitales, pero deben ser modificadas para que los sensores puedan captar la luz correcta”, contó.Con 39 años, es programador de profesión y cada actividad relacionada a su hobby es realizada solo por gusto. “Me pongo cero presión, así que lo disfruto. Cuando llueve, hay nubes o humo, en los días que el vecino hace asado, se truncan los tiempos de la astrofotografía”, detalló. “El espectro de luz que vemos con nuestros ojos es del rojo al violeta, pero hay otros como el ultravioleta o el infrarrojo que están en el espacio y no alcanzamos a ver”, argumentó, y señaló que utiliza filtros especiales para opacar luces ajenas, como las de un foquito de la calle.Al referirse a su técnica para tomar imágenes, Nicolás esgrimió que se necesita una montura con motor que gire en el sentido contrario a la tierra y a la misma velocidad. De esa manera, se logra que el telescopio y la cámara queden fijos para captar fotos. “Se sacan con diferentes cuestiones técnicas y exposiciones largas”, dijo. “La idea es tomar la mayor cantidad de imágenes posibles, de hecho hay veces que se sacan fotos por cuatro o cinco horas”, añadió. Luego, un software apila cada imagen para crear una foto única y otro programa resalta los colores.“La técnica para sacar es con estilo video, es decir muchas fotos por segundo. Es un proceso de varias horas de captar información y la posterior edición”, puntualizó este roldanense que puede pasar noches enteras frente a su herramienta. Con los años, vio planetas, eclipses solares y lunares y asteroides en varios lugares, aunque desde el patio de su casa gusta de capturar nebulosas y galaxias lejanas. “Hay etapas en el año para cada tipo. El verano es más para planetario y el invierno para espacios profundos. Depende de qué etapa vivimos, vemos diferentes caras de la vía láctea”, describió.Su archivo personal se agranda cada semana, sin embargo sueña con seguir creciendo para crear un perfil dentro de una página profesional, en la cual hay imágenes de todo el mundo. Mientras, sueña con viajar para seguir tomando imágenes. “Mi esposa va al Champaquí a hacer hiking y me dijo que es impresionante, así que la meta es ir el año que viene, aunque necesito equipamiento que sea portátil”, expresó, y admitió: “Me encantaría ir a la cima de una montaña con un telescopio y una cámara portátil y sacar fotos”.