La Región

La empresa que encontró en el reciclaje la solución para un residuo contaminante

Desde su planta ubicada en el cordón industrial, se encarga de procesar toneladas de aceite vegetal usado para transformarlo en biocombustible de segunda generación.

Las pequeñas y medianas empresas (Pymes) desempeñan un papel fundamental en la economía, generando empleo, impulsando el crecimiento económico y contribuyendo al desarrollo del país. Es por esto que en Argentina y en el mundo se celebra su día el 27 de junio, decisión tomada por la Asamblea General de Naciones Unidas en el 2017 debido al rol que ocupan dentro de las sociedades y como forma de apoyar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Su importancia radica no solo en la generación de empleo y el progreso económico de los países, sino también en lo vinculado a resolver problemáticas ambientales, involucrándose en temas relacionados a la contaminación y la necesidad de actuar frente al cambio climático. Muchas trabajan en pos de revalorizar los recursos naturales, dándoles una nueva vida a residuos que a la hora de ser descartados pueden ser contaminantes.

Este es el caso de la empresa santafesina DH-SH, con base en la ciudad de Capitán Bermúdez, dedicada desde hace 20 años a la logística y saneamiento de la industria aceitera y, desde hace 6 años, también, a la recolección y acondicionamiento del aceite vegetal usado para su conversión en biodiésel. Según datos aportados por la firma, la primera en presentar una investigación sobre gestión de aceite vegetal usado en el país junto a la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA), entre pequeños generadores (domiciliarios) y grandes generadores (comercios, industrias), se desechan, al año, casi 100 millones de litros de este residuo.

Hay que tomar en cuenta que tan solo un litro de este aceite descartado en forma incorrecta, puede contaminar hasta mil litros de agua. Por eso su gestión es clave para preservar nuestros recursos hídricos.

Desde hace dos décadas, DH-SH brinda soluciones a esta problemática, operando con su planta desde el polo aceitero más grande del mundo que se extiende a lo largo del cordón industrial santafesino. El mismo está conformado por una gran cantidad de pymes provenientes de distintos sectores y en el caso de DH-SH, su moderna tecnología y su amplia flota de camiones le permite destacarse en el rubro y dar respuesta a las exigencias del mercado.

Historia y proyectos

La empresa inició sus actividades en 1993 con la prestación de servicios de saneamiento domiciliario en Capitán Bermúdez, de la mano de Hilario Glardón. Años más tarde, se convertiría en una compañía líder en saneamiento y logística de la industria aceitera. Es dentro de este accionar que lleva adelante desde el 2017 la campaña “Reciclá tu Aceite” que abarca la recolección y acondicionamiento del aceite vegetal usado generado por comercios y hogares. Lo hace a partir de un trabajo de articulación con municipios y comunas a lo largo de 15 provincias del país.

“Nuestra labor está atravesada por el compromiso de generar impacto positivo en la economía local, nuestra comunidad y el ambiente. Queremos ser parte de la regeneración del vínculo con la naturaleza a partir de soluciones concretas y buenas prácticas empresariales”, señaló Hernán Glardón, socio fundador de DH-SH.

En los últimos diez años creció en tecnología, alcance y los servicios se multiplicaron. Hoy la empresa cuenta con el aval de las principales compañías aceiteras del país así como del sector gastronómico al que desde hace 6 años le brindan una gestión responsable para su aceite usado de cocina con certificado de disposición final.

“La experiencia nos llevó a reinvertir en nuevas tecnologías, generar más recursos y soluciones para la industria aceitera argentina, y sus procesos y productos derivados. La innovación guiada por la empatía y las buenas prácticas es parte de nuestra esencia y motor”, sostuvo Diego Glardón, también socio fundador de la firma.

Actualmente, DH-SH lleva generados casi 100 convenios con municipios en 15 provincias del país como Santa Fe, Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes, Salta y Mendoza, entre otras. Los convenios implican la gestión del aceite vegetal usado para grandes generadores, el desarrollo de puntos verdes -ya cuenta con más de 250- y charlas educativas en forma virtual para las escuelas, sin costo. El modelo de negocio reside en la comercialización del residuo recolectado para comercializarlo como recurso para la producción de biocombustibles de segunda generación cuya trazabilidad está avalada por la certificación internacional ISCC.

A su vez la empresa viene de llevar a cabo su primer encuentro de recolectores de aceite vegetal usado, el cual tuvo lugar en su planta y contó con la participación de 26 colaboradores claves para que el proceso de reciclaje sea posible a lo largo del país.