Corría el mes de agosto de 2023 cuando seis vecinas de Tierra de Sueños 3 presentaron la idea de incorporar fútbol femenino en el Club House del barrio. Eran un grupo pequeño, aunque por dentro sabían que la convocatoria sumaría cada vez más jugadoras si tenía luz verde para avanzar. El club no dudó en poner primera con el proyecto y, a los pocos días, comenzaron los entrenamientos. Lo que no imaginaban las amigas que plantaron la semilla era que, menos de un año después, el equipo estaría conformado por 30 integrantes.El equipo nació con el objetivo de tener un lugar para practicar y jugar. De hecho, no habían pensado en un nombre propio hasta que llegó el momento de la inscripción al primer torneo que jugaron, en Ibarlucea. “La denominación ‘Vikingas’ surgió con el tiempo. Nos gustó porque somos guerreras, todas vivimos en el barrio y queda bien con la idea de que estamos en un pueblo”, contó Giuliana, una de las más jóvenes dentro de un plantel muy heterogéneo, con jugadoras de diferentes edades y algunas de ellas mayores de 35.“Ya en ese entonces éramos 15/20 chicas aproximadamente, aunque cada día se iban sumando más, y hoy todas seguimos siendo parte del equipo”, describió en diálogo con El Roldanense la número 9 de las Vikingas, quien a la vez tuvo la idea de abrir una cuenta de Instagram para mostrar el día a día de los entrenamientos. “A los pocos meses,  diez de nosotras nos anotamos a nuestro primer torneo. Luego jugamos otros tres, todo esto sin DT y sin profe”, recordó. El último que disputaron fue la Copa de Oro de la Liga Paradise, en Funes, certamen en el cual lograron el tercer puesto.En junio, la incorporación de la profe Livia Vignolo fue un salto de calidad para las chicas. “Logramos muchas cosas con ella, como por ejemplo el torneo relámpago que organizamos entre todas en una de las canchas de Tierra de Sueños”, destacó Giuliana. Alquilaron el predio y dieron vida a un torneo de 12 equipos, algunos de ellos de la región como los que llegaron desde Rosario o Ibarlucea. “Todo sea por mejorar las canchas del club y conseguir pelotas. Si todo va bien, dentro de poco vamos a armar otro campeonato similar”, aventuró.Si bien es un plantel que tuvo su génesis hace menos de un año, sus jugadoras no pueden dimensionar el desarrollo alcanzado en estos meses. “Es muy emocionante. Estamos muy manijas y nos damos cuenta de que somos capaces de todo con la profe que tenemos”, expresó. “La evolución que tuvo el equipo es un logro muy grande para nosotras, nos queremos mucho y nos acompañamos entre todas. No podemos creer haber llegado a tantas cosas lindas en tan poco tiempo, este es un grupo muy unido”, profundizó.“A nivel personal, estoy muy agradecida por el espacio, principalmente porque somos 30 chicas que nos comprometemos todos los días a entrenar, aún teniendo nuestras familias e hijos”, narró ella, orgullosa. “Tener este lugar donde podemos mostrar lo lindo del fútbol femenino y el tercer tiempo es clave. Nunca queremos faltar, imaginate lo que es para nosotras que ni la lluvia ni el frío nos paran. Es hermoso saber que hace un año eran solo seis chicas y ahora somos un montón”, esgrimió la delantera vikinga.De la foto del primer día a la actualidad pasaron solo 11 meses, aunque hay 24 chicas más. De hecho, una muestra del compañerismo es que ganaron el premio Fair Play en dos competencias. “Llegamos a hacer tantas cosas que a veces no lo podemos  creer. Estamos haciendo los torneos y muchas otras cosas. Queremos mejorar las canchas de nuestro espacio de entrenamiento, comprar pelotas y otros elementos”, señaló, y puso la vista en el siguiente objetivo: “Nos vamos a anotar en el torneo Clausura que sigue y pronto volveremos a armar otro torneo relámpago”.