La Ciudad

Arte urbano: la idea de que existan muralistas locales y cómo se hizo la última obra

Andrea Dascanie brindó el seminario para capacitar a los roldanenses interesados. Defiende la idea de que una ciudad llame a artistas de otros lugares y apunta que no sabe cómo seguirá el proyecto con el cambio de gobierno.

El 2021 fue el año del arte urbano en Roldán, con las muestras más diversas de pintura en garitas y paredes de la ciudad. Comenzó con el mural denominado ‘Mujer Universo’ y culminó con el llamado ‘Utopías Colectivas’, en la intersección de calles Pellegrini y 9 de julio, junto a la intervención de las paradas de colectivo a lo largo de la ruta 9 con artistas de otros lares. Una de las cabezas más importantes de las obras fue Andrea Dascanie, quien pintó el primero y brindó el seminario a través del cual los alumnos locales pintaron el segundo.

Al momento de pintar el mural ubicado en San Martín y Antártida Argentina, observó que muchas personas se mostraron interesadas por su trabajo. “Vimos que había personas que se acercaban y les interesaba el arte, algunas con conocimiento y otras no. Muchos preguntaban porqué no se habían convocado a artistas locales, entonces charlamos con mi esposo, ya que trabajamos juntos, y pensamos en hacer un seminario para capacitar gente”, dijo en charla con El Roldanense. Ambos presentaron un proyecto en la Casa de la Cultura y mucha gente se animó a hacer sus primeras armas en esta rama.

Cada uno de los asistentes recibió un certificado por su asistencia. De hecho, hay quienes lo hicieron como algo propio, para trabajar en sus casas, pero muchos aceptaron la invitación a ser citados para diversos encuentros de muralistas.  “A medida que a nosotros nos pidan un artista, vamos a sugerirlos a ellos para que puedan salir de la ciudad. La idea no es que Roldán esté pintada por gente de Roldán, porque así los estilos son muy parecidos y eso no lo nutre”, expresa. “Lo que hizo Roldán con lo de las garitas fue muy importante, se le dio a cada una la impronta de color y estilos”, señaló. 

Una de las cosas en las que Andrea puso énfasis durante el curso fue la idea de empezar a tomar el arte como un trabajo. “Basta de regalar el arte. Nosotros vivimos de esto, pintamos cuadros y diferentes elementos, pero el muralismo es nuestra salida pronta de trabajo. Queremos que todos tengan esa posibilidad. La idea es que los artistas de la ciudad salgan, que no se queden”, expresó. “Se va creciendo a medida que se recorre el camino. Uno va buscando el estilo, lo va cambiando, y estar con artistas de otros lugares los va a enriquecer mucho también”, describió.

En paralelo, luego del cambio de gobierno no hay noticias de si el proyecto artístico continuará en pie. “Teníamos una iniciativa con la Casa de la Cultura para dar un taller intensivo de tres meses de dibujo. Nos dimos cuenta de que es algo que a algunos les faltaba bastante, y es fundamental para cualquier área del arte así hagas una escultura, un boceto o un cuadro”, dijo. “Lo lindo sería que se pudiera seguir avanzando y que puedan surgir más trabajos para los artistas locales. Muchos no viven de esto y ahí está el desafío personal: ver hacia dónde apuntan y qué quieren hacer”.

Cómo fue hecho el último mural

Dentro del seminario contaban con la certeza de que la pared a intervenir sería de 3×7 metros, sin embargo con el correr de los días surgió la posibilidad de pintar uno de 21×3, en la Plaza de los Abuelos. La noticia no aminoró la intención de llevar a cabo la obra, sino que potenció el desafío. “Tiene todo un mensaje, un relato, lo ideal es que cada uno que se pare frente al muro y vaya descubriendo lo que ve. Hay simbologías y cosas que observar. Una cosa es la lectura rápida y otra es prestarle atención al detalle”, explicó Dascanie.

“Habla de la ecología, los problemas que estamos teniendo, el adulto mayor, toda la problemática que vemos hoy en día, con la explotación de los seres humanos y animales. Creo que lo resolvieron muy bien los chicos”, aseguró la artista. Y defendió lo hecho por 10 roldanenses heterogéneos que debieron ponerse de acuerdo para trabajar de forma conjunta. “Fueron artistas con formaciones diferentes; hay una señora que da clases, otra que no tenía ningún conocimiento previo, un chico que se dedicaba a la jardinería, otro que está terminando la universidad. Resultó muy positivo”.

Entre las diferentes técnicas que pudieron haber utilizado, Andrea explicó la empleada finalmente. “Sugerimos que cada uno haga un boceto en base a los temas que se trataron y después se cambiaron. Es decir, el que hizo un boceto no lo pintó, sino que lo hizo su compañero”, contó. “Fue hecho a propósito para romper con ciertos egos que a veces aparecen en el artista y se trató de un desafío importante. Algunos estaban un poco molestos, pero el final fue perfecto. Todos se sintieron muy bien, al menos eso es lo que nos dijeron”.