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Con ocho años de experiencia, vuelve al centro de la ciudad con una propuesta renovada

Abba Casa de Comidas estrena local por calle Pellegrini, y a su tradicional servicio de rotisería agregó bar y cafetería, con espacio interno y un patio externo.

En plena pandemia, cuando hubo que hacer y deshacer sobre la marcha, Abba Casa de Comidas supo cómo reinventarse e innovar. Situado en su anterior ubicación, en el local contiguo al hotel sobre la ruta, ofrecía viandas para camioneros. Sin embargo, aquellos días elevaron la idea de una mudanza para renovar el servicio y multiplicarlo. Así, pensaron el traslado y decidieron volver al casco urbano. A principios de este mes de noviembre, abrieron el nuevo negocio por calle Pellegrini al 1000, y a la rotisería tradicional le sumaron bar con cafetería.

“Queremos conservar clientes que teníamos antes, cuando el local estaba en esta parte de la ciudad”, dice Damián, titular de esta empresa familiar que nació hace ocho años, a El Roldanense. “Anexamos bar y cafetería, con desayunos y un menú para comer aquí. Esa fue la apuesta. Más allá de que este local es de la familia, es importante la ubicación, ya que está en el centro de Roldán”, explica. Él es encargado y el chef principal, y conduce los destinos del lugar junto a su pareja Luciana, quien a su vez toma la posta en la decoración del sitio.

La iniciativa de añadir bar tiene que ver con el objetivo de expansión. “Es un clima relajado, tranquilo, con luces bajas y música suave. Apuntamos a que la gente venga un rato y se relaje sin ruidos molestos”, añade él. La oferta que se puede encontrar allí a día de hoy es muy variada, con desayunos, platos elaborados, viandas para llevar en el momento, una carta y comidas rápidas. “Hace poquito incorporamos lomitos, hamburguesas y, con la llegada del calor, seguiremos sumando rabas y tablas de fiambres”, describe Damián.

“Esto es un salto positivo. Si bien es un lugar más reducido que el anterior, está armado de una manera mucho más cálida. A la gente le gusta mucho tener un lugar para relajarse”, narra, y añade: “aquí hay espacio para quien quiere tomar un cafecito a la mañana, como un desayuno completo, o el quiere tomar una cerveza a la tardecita”. Junto a eso, destaca la sombra que se proyecta sobre las mesas de afuera, que dan a la calle, y señala que muy probablemente sumarán una media sombra para cuando aumente la temperatura. Adentro, el salón está climatizado por dos aires acondicionados.

En Abba pueden hallarse desayunos completos y, durante el mes de noviembre, habrá promociones en cafetería. Incluso, disponen de platos únicos y propios de la casa, como la bondiola a la pizza, “una comida rica, tierna y que no falla”, o el pollo deshuesado a la pizza. “También elaboramos arrollados de pollo, de carne, y escabeches caseritos de albondigas, berenjenas y pollo”, narra su responsable. Eso no es todo, ya que hay cerveza industrial y artesanal (Antares), y no descartan agregar cerveza tirada en el futuro.

El contexto del último año y medio obligó a Abba a subsistir, a encontrar una forma de reinventarse. La familia logró sortear los obstáculos y decidió volver a las fuentes para renovarse. “Siempre trabajamos muy bien, aunque en la pandemia fuimos golpeados muy fuerte, como le sucedió a todo el mundo”, cuenta sobre esos días. En ese entonces, a la vez, sumaron un delivery con el que actualmente llegan a toda la ciudad. Hoy existe otra proyección, con una propuesta que les permite tomar impulso.