La Ciudad

Desde Roldán a una “Argentina Soñada”: la familia que recorrerá el país subida a su motorhome

Gastón, Paula, Lucio y Shanti son “Soñando en Familia” y pronto comenzarán el viaje con rumbo al sur. La casa rodante, que transformaron con sus propias manos, está casi lista.

Desde el día uno, aquel en que compraron el motorhome que luego transformaron artesanalmente, hasta la realidad que viven actualmente, pasó poco más de un año. El proyecto de Soñando en Familia comenzó siendo un sueño pero se materializó pronto, tanto es así que faltan pocos días para poner primera y que comience la iniciativa de vivir viajando. Antes de hacerlo, mientras ultiman detalles, se disponen a contar su historia a El Roldanense sentados en uno de los cómodos sillones que dan a las ventanillas de lo que alguna vez fue un minibus.“Somos una familia soñadora que no se queda detrás de los sueños, sino que los va a buscar”, cuenta Gastón, micrófono en mano. “El deseo de viajar siempre estuvo en nosotros previamente a conocernos, y juntos se profundizó. Fue así que vendimos el auto y otras cosas, compramos el vehículo y comenzamos el proceso de transformación”, describe. La idea de comprar el Mercedes Benz al que hoy denominan Liberty surgió en 2020, cuando estaban a punto de mudarse a Roldán desde La Plata.Hay una hoja de ruta trazada que, sin embargo, puede tener las alternativas que esta familia viajera crea necesarias. “El proyecto inicial se llama Argentina Soñada y abarca entre un año y medio o dos de recorrer todo el país. Puede que lleve más o menos, no lo sabemos”, destaca él. “No ponemos el enfoque en un lugar al que arribar, sino que estamos en el aquí y ahora. Soltamos todo, la vida anterior que teníamos para tomar una nueva. Y luego, recorrer todo lo que podamos”, complementa Paula, a su lado.El colectivo ya adquirió la homologación para erigirse en una casa, por lo que quedan pocos días para comenzar con la aventura. En un principio, buscarán rutas que atraviesan pueblos o ciudades y descartar autopistas, para conocer todo lo que puedan. “Queremos tener la posibilidad de detenernos donde sea de acuerdo al horario o la situación del momento, así sea un día o pasen tres o cuatro”, describe Gastón, y señala la flexibilidad del viaje como uno de los factores más importantes para adaptarse a un lugar y conocer a su gente.

 

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“Imagínense viajar por todo el mundo, es buenísimo. Obviamente, todos dijimos que sí, esto es un sueño cumplido”, dice Lucio con una convicción asombrosa a sus jóvenes ocho años. Su madre toma la palabra un segundo después y añade que la primera etapa tendrá al sur como primer mojón durante el verano. De a poco, irán subiendo por la cordillera para llegar al norte en época invernal. “Allí donde vayamos, el camino nos hará encontrar con lo que tenemos que vivir. Nos vamos a dejar llevar”, se ilusiona.Ese proceso que está a punto de comenzar esconde un trabajo autodidacta sobre cómo transformar lo que era un colectivo de pasajeros en la primera casa propia de la familia. Gastón se puso manos a la obra y, con el correr de los meses, le fue dando forma a lo que quería, un lugar sin divisiones que cuenta con una cama matrimonial, dos camas simples que hacen de sillones, una mesa con tres asientos y un baño. Todo ello, con muebles hechos a medida, tanto en la parte inferior como superior del motorhome. Más allá de que faltan detalles, ya están viviendo allí.“La transformación comenzó desarmando. Hay que destruir para luego construir”, puntualiza Gastón, que en primer lugar debió sacar todos los asientos, parte del techo y el revestimiento de los costados. A la vez, debió colocar tres tipos de aislantes para que el colectivo mantenga la temperatura, y realizó la impermeabilización para descartar posibles filtraciones. Todo esto lo hizo con ayuda de su familia y de amigos. “Siempre digo que si yo lo logré, lo puede lograr cualquiera. Tenía cero experiencia en construcción”, dice entre risas.Durante el año que transcurrió, aprendió a manejar herramientas como la caladora, la amoladora, y se dio maña con los destornilladores. También, vio videos de diferentes viajeros que compartieron el proceso de camperización en redes. De hecho, tanto Paula como Gastón dicen a dúo que nunca imaginaron encontrar un mundo gigante de viajeros con los que comparten experiencias. Son personas que sirvieron como inspiración y a las que tratan de pares, como si existiese algo abstracto que los une en el camino.En el recorrido, tratarán de mostrar el viaje en su cuenta de YouTube, así como reflejan el día a día por Instagram. “Queremos compartir las emociones y experiencias que vamos viviendo. Si eso sirve para que el lugar sea conocido y que otras personas puedan llegar allí, nos parece útil”, narra Gastón, aunque prefiere no prometer nada. De todos modos, grabar esta experiencia tiene un motivo más profundo: “Algo que nos fascina de crear contenido y compartirlo es que el día de mañana, cuando nosotros seamos abuelos, nuestros nietos puedan ver la aventura”.“Estamos muy felices de haber hecho realidad este sueño, de que Liberty esté acá”, asegura Gastón. “Viajar tiene que ver con ir a buscar experiencias nuevas y ver con quiénes te vas a encontrar, qué nuevos amigos vas a hacer y los nuevos aprendizajes que tendrás. Siempre hay algo lindo detrás de cada salida”, opina Paula, en sintonía. “Nadie se imagina su futuro con exactitud, pero ¿quién no se hizo una ilusión con algo que quiso alguna vez? Todo el mundo se ilusiona”, comenta Lucio. La ilusión de Soñando en Familia está a punto de empezar.La educación de Lucio, basada en el interésShanti es el hijo menor de la familia y está cerca de cumplir dos años de vida. Paula y Gastón coinciden en que tanto él como Lucio son el motor del viaje. De cara a la travesía que comenzarán en familia, tienen en claro cómo será el proceso de educación. “Será en casa. Tendemos a una currícula que creemos necesaria y tiene que ver con aprender a leer, escribir y todo lo relacionado a matemática. Pero siempre tratamos de centrarnos en lo que él desea aprender o saber”, argumenta Gastón. “Es la que nosotros sentimos que tiene que ser. Él pone mucha voluntad para aprender”, añade ella. “Aprovechamos cada momento cotidiano para introducir algún conocimiento que ingrese por su consulta o alguna observación. Eso no queda tildado simplemente como una enseñanza, sino que él lo incorpora porque es parte de la rutina”, puntualiza él. “Todo lo que vivimos sirve para aprovechar y aprender algo nuevo. Lo hacemos a través de su interés. Cuando Lucio pregunta algo, aprovechamos y le sacamos las dudas”, asegura Paula. Ambos concordaron en que estas formas “le darán “libertad para vivir y fluidez para tomar decisiones”.