La Ciudad

Abrazos pese a todo: institución local creó un novedoso sistema para que familias no pierdan el contacto

Con un material a base de polietileno cristal, instalaron un dispositivo que permite a las personas visitar a sus seres queridos y abrazarse sin que haya riesgo de contagio.

El geriátrico La Casona de Roldán, ubicado en la calle Estanislao Lopez 584, acaba de implementar un novedoso y cálido sistema para que los familiares puedan hablar y abrazar a sus seres queridos en tiempos de pandemia. El mismo está confeccionado con polietileno cristal que permite que se dé un acercamiento entre las personas sin que haya posibilidades de contagio.

“Quisimos fabricar un dispositivo que vimos que se usó en un geriátrico de Estados Unidos. Nosotros lo confeccionamos con polietileno cristal que es una lona vinílica autopegante de cristal que hicimos hacer. Fue el primero en instalarse en Roldán y la colocamos en la puerta del geriátrico”, señaló Carolina, titular del espacio, a El Roldanense.

Para llevar adelante la idea, la mujer habló con unos amigos suyos que habían trabajado haciendo los toldos de su casa. Le mostró las fotos del sistema que ella había visto y en base a esa información ellos encararon su fabricación. Garantizando que las visitas se hagan de forma organizada, cada familiar va a tener un turno para usarlo y mientras estos van a quedar entre la puerta cancel y la puerta de madera, el abuelo queda protegido por el ule del lado de adentro del geriátrico.

“Es muy fuerte esta situación que estamos viviendo. A muchos abuelos les cuesta entender porque sus familiares no vienen a verlos. Antes algunos venían y se quedaban del lado de afuera pero hay residentes que tienen poca visión o les cuesta escuchar y de esta forma ayudamos a que estén más cerca, que puedan abrazarse y darse amor aunque sea a través de un plástico”, destacó Carolina.

La titular contó que, raíz de la crisis sanitaria y los contagios que hubo en distintos geriátricos del país, desde La Casona de Roldán reacondicionaron el lugar para brindar mayor seguridad a sus residentes. Es por esto que cuentan con una habitación de aislamiento que funciona cuando reciben a una persona nueva.

En este caso, la misma queda aislada dentro de este cuarto durante dos semanas y solo la visita una encargada que ingresa con un traje especial y tomando todas las medidas de higiene correspondientes. Si tras finalizar los catorce días no presenta síntomas relacionados al Covid-19 puede comenzar a relacionarse de forma normal con el resto de los habitantes.