La Ciudad

Funes y Roldán: dos ciudades que marcan el rumbo del crecimiento inmobiliario en el Gran Rosario

Análisis-. Mientras el mercado inmobiliario nacional atraviesa un contexto de incertidumbre, el corredor Funes–Roldán se consolida como una excepción

Por David Flores – SI Inmobiliaria

Mientras el mercado inmobiliario nacional atraviesa un contexto de incertidumbre, el corredor Funes–Roldán se consolida como una excepción. Su crecimiento constante, la llegada de nuevos proyectos y el fortalecimiento de desarrollos en marcha reflejan una dinámica urbana sostenida que parece no tener techo.

Funes: una expansión que no se detiene

El crecimiento de Funes es prácticamente imparable. A diario llegan nuevas propuestas residenciales, comerciales y de servicios, que amplían los límites de la ciudad y consolidan su perfil como la capital del bienestar del área metropolitana.

La proyección de la ciudad está cubierta para muchos años por delante, tanto en términos de proyectos inmobiliarios como de instalación de comercios, instituciones y servicios. Funes logró mantener un equilibrio entre expansión y calidad de vida, convirtiéndose en un modelo urbano que muchas localidades buscan replicar.

“Funes ya no crece solo en cantidad, sino en calidad. Su desarrollo está guiado por una visión más ordenada, con exigencias concretas para los nuevos proyectos y una planificación que busca garantizar servicios reales a los vecinos”, explica David Flores, corredor inmobiliario de SI INMOBILIARIA.

Roldán: el nuevo foco del desarrollo regional

Mientras tanto, Roldán vive un proceso de transformación. Su cercanía a Rosario —a apenas 15 minutos— y la saturación natural de Funes la posicionan hoy en el centro del interés de desarrolladores e inversores.

En los últimos meses se presentaron numerosos proyectos de distinto tipo, entre ellos barrios abiertos, barrios cerrados y nuevas estaciones de servicio, que ya comienzan a transformar el perfil urbano de Roldán. Muchos de ellos serán una realidad en los próximos años, mientras que otros continúan en etapa de proyecto. Lo que sí está claro es que el interés por la ciudad es muy concreto.

“Roldán viene esperándolo hace rato. Hoy es el turno de esta ciudad, y se nota que los grandes desarrolladores ya pusieron la mirada estratégica en su crecimiento”, analiza Flores.

Un desarrollo con previsibilidad y garantías

Una de las claves de este nuevo ciclo de expansión es que ambas ciudades aprendieron de las experiencias pasadas.
Hubo momentos en que ciertos barrios quedaron a mitad de camino o con servicios incompletos, lo que generó inconvenientes para quienes confiaron en esos proyectos.

Hoy, el panorama es distinto: los municipios trabajan con mayor previsibilidad, control y exigencia técnica, solicitando garantías reales para asegurar la ejecución total de obras.

Esto permite que los desarrollos actuales lleguen con todos los servicios indispensables —luz, agua, gas, pavimento y cloacas—, evitando que los errores del pasado se repitan.

“La visión es muy clara: que los nuevos barrios se desarrollen con orden, previsibilidad y compromiso real con la ciudad. Y que la plusvalía que generan los nuevos proyectos también sirva para reparar y mejorar lo que antes se hizo mal”, agrega Flores.

Una oportunidad compartida

El desembarco de marcas consolidadas y desarrolladores de gran trayectoria confirma que el corredor Funes–Roldán seguirá siendo el epicentro del crecimiento regional.

La combinación de ubicación estratégica, gestión urbana activa y confianza del mercado genera un escenario único en el interior del país.

Con esta nueva etapa, el desarrollo urbano no solo implica construir barrios, sino proyectar ciudades con identidad y futuro.