Horror en barrio El Molino: el anciano asegura que mató a su nieta “por error”
Fue imputado por homicidio agravado y se le aplicó prisión preventiva pese a su edad avanzada. Cómo fue la reconstrucción de los hechos.
El anciano de 93 años que durante la tarde del sábado mató de un disparo a su nieta en una vivienda de El Molino, barrio ubicado en el cuadrante sur de la ciudad, aseguró que el fatal desenlace fue accidental. Pese a su defensa, fue imputado oficialmente por homicidio agravado por el vínculo y se le aplicó prisión preventiva pese a su edad avanzada.
Tal como informó el diario La Capital, el acusado –identificado como Enrique AV – fue trasladado a un calabozo para adultos mayores en la cárcel ubicada en la vecina localidad de Piñero. Ello ocurrió luego de que prestara declaración en sede judicial, donde argumentó haber disparado al aire sin intención de provocar daño alguno, aunque no manifestó remordimiento.
El juez que definió la situación procesal del abuelo descartó declararlo inimputable, ya que hizo una sólida y lúcida declaración. No obstante se le realizarán los correspondientes exámenes psicológicos y psiquiátricos.
Asistido por el defensor oficial Martín Riccardi, el hombre se sentó en el banquillo de los acusados en una sala desierta en los Tribunales Provinciales de Rosario. El salón apenas estaba por un par de amigos y compañeros de trabajo de la víctima que siguieron el trámite entre el público. No hubo presencia de ningún familiar.
Según una crónica redactada por el periodista Claudio Gonzélez, el juez Juan Carlos Curto abrió el acto judicial y le cedió la palabra al fiscal de la Unidad de Homicidios, Luis Schiappa Pietra. El funcionario relató que sobre las 16.40 del sábado en la vivienda de Ráfaga 267 del barrio El Molino de Roldán se desencadenó una discusión entre Enrique y su hija, Alicia, de 65 años, que recién llegaba con su hija Analía Villanueva —una abogada de 33 años que trabajaba en el juzgado de Familia Nº 3— de dar un paseo.
Al parecer todo comenzó cuando el anciano reprochó algo referido a la comida que le dio una empleada contratada para cuidarlo a él y a su mujer, de 90 años y con principio de Alzheimer. Alicia, una maestra jubilada viuda desde hace varios años, había decidido llevarlos a vivir con ella para tenerlos más cerca y para recomponer una relación que tuvo sus altibajos.
Lo cierto es que en medio de la discusión salieron a la luz algunos rencores y Enrique decidió agredir a Alicia con un bastón de madera. La mujer sufrió heridas superficiales en la cabeza, pero le brotó mucha sangre.
Analía se asustó al ver manchada de rojo a su madre e insultó a su abuelo. Según la hipótesis fiscal, en ese momento Enrique tomó un revólver marca Colt negro calibre 32 largo —que nadie estaba al tanto que guardaba pero que tenía a mano— y efectuó al menos cuatro disparos. Uno de los proyectiles le ingresó por la nuca a su nieta y quedó alojado en la frente. La joven falleció el domingo.
«Usted me acusa de algo que fue un error», interrumpió el acusado cuando le preguntaron si comprendía la imputación. A continuación, el fiscal enumeró la evidencias: acta policial de detención, autopsia, informe de médicos y de testigos. Uno de ellos escuchó a la madre de la víctima gritar: «La mataste hijo de puta, la mataste».