Ni bien regresaron a Roldán el lunes por la noche, Darío Llibre y su pareja de danza Gabriela Moreno tomaron real dimensión del logro alcanzado. Obtuvieron el puntaje más alto entre más de 30 parejas de todo el país y se quedaron con el Campeonato Nacional Argentino en tierras cordobesas, hacia donde habían viajado para participar del certamen ‘Cosquín Joven’. Sus alumnos del ballet municipal ‘Reflejos de Luna’ y del comunal de San Jerónimo fueron sus primeros hinchas junto al icónico escenario coscoíno.

“El jurado eligió cinco parejas en la primera etapa y logramos el pase a la final, que se disputó el domingo. Entre las ganadoras estaban las provincias de Córdoba, Santiago del Estero, San Luis, La Pampa y Santa Fe”, contó Llibre a El Roldanense. “Estamos felices por el logro, más allá de que estábamos satisfechos con llegar a la instancia definitoria. Era una competencia muy difícil, se trata de provincias con parejas de bailarines muy fuertes”, describió sobre el torneo, que se pudo ver en vivo para todo el país a través de You Tube.

Más allá de haber grabado sus nombres y el de la ciudad en lo alto, ambos mostraron su orgullo por llegar al último día de competencia. “Estamos felices. Por suerte, todo lo que veníamos trabajando salió muy bien y eso nos llevó a ser los mejores. Recién hoy estamos cayendo entre todo el trajín de ida y vuelta”, consideró. “Ahora estamos bien y empezamos a tomar consciencia de hasta dónde llegamos. No solo representamos a Roldán y San Jerónimo, sino a toda la provincia, y eso es lo que lo hace aún más importante”, adujo.

Junto al campeonato ganado, Darío y Gabriela acompañaron a sus alumnos de ambos ballets, que participaron junto a otras 130 delegaciones nacionales y luego alentaron a sus profesores. “Siempre agradecemos a quienes nos acompañan y apoyan, a nuestras familias y a las comunidades de ambas localidades. Esto se hace con mucha humildad, tratamos de mantener un perfil siempre bajo”, manifestó, visiblemente emocionado y exhibiendo las fotos que se tomaron después de haber conseguido lo que se habían propuesto.

“Hacemos danza desde el lugar que uno siente, sea formando bailarines o trabajando en pareja. Muchas veces le quitamos tiempo a nuestro trabajo para seguir haciéndolo con nuestros chicos”, expresó. “Alguna vez nosotros también empezamos a formarnos y tuvimos grandes profesores que nos guiaron. No nos olvidamos de dónde venimos”, argumentó. Después de tiempo, y a través del reconocimiento a los artistas locales que lo conquistaron, el escenario de Cosquín volvió a tener un halo roldanense.