¿Podría existir una Roldán de otra dimensión? ¿Una especie de Upside Down, al estilo Stranger Things? La respuesta sería abstracta. Lo que sí es tangible es Roldán Mítica, el libro que idearon y llevaron a cabo los alumnos de primer año A y B de la escuela San José Obrero, bajo la dirección de dos docentes que fusionaron las materias Lengua y Música para crear algo en conjunto. La obra terminada es una serie de relatos que toman a la ciudad como punto de partida para contar historias de ficción.“Este proyecto comenzó a principios de año. En función de los contenidos que estábamos tratando, como los mitos, pensamos en que los chicos pudieran llevar a la práctica los contenidos y pensar historias míticas, relacionando las experiencias de la ciudad en la que viven”, cuenta

 a El Roldanense el profe Hernán Federico, con las unidades recién impresas y listas para ser distribuidas a los alumnos. En total, 27 chicos participaron del armado del libro, la mayoría en grupo y otros de manera individual.

Durante el proceso creativo, el grupo persiguió un objetivo en común, el de “crear historias míticas para explicar eso en el ámbito geográfico de la ciudad”, según explica el docente. “Cada uno tomó una temática e intentó dar una explicación a alguna clase de fenómeno. Por ejemplo, hablaron de cuestiones relacionadas al medio ambiente, la vejez, elementos como el fuego y el agua”, amplía Federico. Y baja el reconocimiento a sus alumnos: “Fueron los protagonistas desde cero. Pensaron la trama, los personajes y cada una de las partes. Es obra exclusiva de ellos”.

A su lado, el profe Ignacio Esnal opina en la misma sintonía. “Fue todo de ellos, lo nuestro fue solo un acompañamiento”, destaca, antes de detallar cómo fue estar junto a los chicos para organizar las ideas. “El proceso del día a día se trató de acompañar, hacer una lectura para que las palabras no se reiteren y que el texto siga una coherencia o un hilo conductor”, explica. “Quisimos darle una mano en lo que querían transmitir para que ellos generen la idea. También, buscamos exagerar algunas cosas”, subraya.

“La idea de la impresión del libro fue dándose con el pasar del tiempo. Los chicos empezaron a escribir sus historias y lo principal fue que se pusieran de acuerdo”, asegura Federico. Con el paso de las clases, los relatos surgieron casi espontáneamente al dejar volar “la gran imaginación que tienen”. Uno de los propósitos durante el proceso era visitar residencias de adultos para que los adultos mayores contaran historias de una Roldán de otro tiempo, aunque la idea quedó caduca por las restricciones del COVID.

Si el libro en formato físico es una realidad, también lo es un agregado que lo hace más moderno. “Detrás de algunas de las historias se pueden encontrar códigos QR que derivan a información adicional relacionada al relato que se acaba de leer”, comentan. En algunos casos hay audiolibros, en tanto que otros contienen información adicional de los personajes que son protagonistas. Sobre el cierre, además, un código permite descargar el libro entero en formato PDF.

“Personalmente, es una satisfacción muy grande. Sabemos lo que simboliza, hay mucho trabajo de los chicos detrás de estas historias y el libro”, se entusiasma Federico. El diseño de la tapa y contratapa, así como el contenido de cada página, fue una creación pura y exclusiva de ambos cursos. En primera instancia hicieron una tirada chica de ejemplares, aunque no descartan imprimir más a futuro. Actualmente, el libro se puede comprar en la biblioteca de la escuela, a $500.

Relatos en primera persona

Cuatro alumnos toman el micrófono y se disponen a contar sobre qué tratan sus relatos. “El mío es del otoño. Busqué darle un supuesto origen a esa estación”, cuenta Santino con picardía y una gran voluntad por narrar lo que escribió. “Es breve, cortito, pero a mí me gustó hacerlo. Lo realicé en mi casa durante una hora y media”, narra. Pese a que algunos de sus compañeros lo hicieron en conjunto, él optó por hacerlo desde su lado.

Mediante el código QR, el texto tiene sus accesorios adicionales. “Le puso voces y música de fondo que fue eligiendo él para narrar la historia”, señala el profe Esnal. “Para mí, tener este libro en mis manos es una satisfacción y una alegría tremenda. Siento que lo que hice está acá plasmado para que todos lo puedan ver y leer. Espero que les guste”, se esperanza Santino. De hecho, ya escaneó el código y le pasó el libro a sus padres y amigos.

Josefina, en tanto, lee su relato con especial énfasis en el misticismo de la leyenda creada. Mía y Brisa, a su vez, le ponen color al suyo. “Al principio no sabíamos bien qué hacer. Fuimos tirando ideas en grupo para ver qué nos gustaba y agregando cosas”, puntualiza la primera. “Hubo muchas cosas que pensamos y luego descartamos por otras”, añade la segunda. Estuvieron unas semanas para construirlo y también le sumaron una opción adicional para acceder vía online.

“Empezamos a pensar en qué le falta a la naturaleza y si hubiera una ciudad mágica con dos dioses que cuidaran a Roldán”, asegura Brisa, antes de profundizar en que la historia tiene lugar en la estancia Santa Rosa. A fin de cuentas, lo que hizo cada uno de los chicos fue dejar que el pensamiento volara, que nada atara su capacidad de crear una historia. El resultado está en sus manos y es el libro que habían ideado.

 

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