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San Lorenzo, de la reactivación del club al apoyo de su homónimo de Buenos Aires

El objetivo es tener mayores recursos y capacitación. En sus canchas se entrenan más de 100 chicos y el coordinador es un ex jugador con pasado en primera división.

Por: Nicolás Galliari

Es una tarde común en la actualidad del club San Lorenzo. Un grupo de chicos corre en un sector, otro ya patea la pelota en un picado recreativo y, más allá, varios pibes hacen ejercicios de definición de frente al arco. Es el signo de una entidad renovada, tras varios años en que no había fútbol y casi no existían otros deportes. Hoy, en el blaugrana hacen todo a pulmón y planean tener mayores recursos.

Durante los últimos días del pasado año y el inicio del 2021, las autoridades del club que asumieron sus funciones en octubre de 2019 mantuvieron reuniones con Hugo Tocalli. Hoy trabajador del club homónimo, uno de los cinco grandes del profesionalismo, Tocalli es uno de los grandes formadores que hay en el país y ve con buenos ojos la creciente relación entre ambas instituciones.

La idea del San Lorenzo local es lograr un apoyo económico, que sus jugadores compitan bajo el nombre del equipo de Capital Federal y la alianza vaya más allá de la denominación compartida. De hecho, en un futuro, los entrenadores de las categorías locales podrían viajar a capacitarse mediante charlas o cursos. Y los pibes que destaquen aquí podrían ser vistos por otros ojeadores. La relación entre ambos clubes recién está empezando, aunque va por buenos carriles.

Desde la nueva administración señalan que, incluso, podrían pedir una cantidad de camisetas para competir. Próximamente, los chicos jugarán en la liga EFA, más recreativa que otras de similares características. Las juveniles, desde la 2016 a 2006, están coordinadas por Pablo Bezombe, el ex jugador de primera que salió de Newell’s y tuvo experiencia dentro y fuera los fronteras argentinas. El objetivo es apostar por lo social y lo humano para, a partir de allí, formar jugadores.

“Cuando vinieron a hablar conmigo, me pareció bueno. Es un pequeño club que comienza a hacer cosas. Es sano, una buena oportunidad para los chicos de Roldán y alrededores de aprender a jugar y disfrutar”, dijo Bezombe a El Roldanense. Y profundizó: “También trataré de darles unas pequeñas armas a los chicos que recién arrancan, para que puedan disfrutar y tengan una buena base con la que empezar y seguir a lo que es el fútbol de mayores. Este juego es un modo de vida, por el cual tienen muchas posibilidades de aprender y formarse como personas”.

Banco de botines

Al unísono, en el club desarrollan la idea del banco de botines. ¿De qué se trata? Entre las canchas y el estacionamiento hay una gran cantidad de calzados a los que acuden los chicos, que toman un par si no tienen o hacen un trueque por aquellos que no le entran. Además, en pocos días está anunciada una charla de un psicólogo que forma parte del cuerpo técnico de Rosario Central junto a Pablo Sucarrat, el especialista en la materia que colabora con el club.

Próximamente, intentarán seguir profesionalizando áreas, según aseguran a esta web su presidente Pablo Rebelino o el vocal Rodrigo Suárez, quien se dedica a la parte de fútbol. También buscarán una nueva concesión del buffet y darle lugar a otros deportes como karate o básquet, y actividades como fitness, zumba y gimnasia deportiva. El playón, que tiene pintado un nuevo mural con el nombre del club, será asfaltado nuevamente. Las estructuras del club, que estaban un tanto anquilosadas, se vieron renovadas en el último tiempo.

A día de hoy, más de 100 chicos entrenan durante la semana. La reactivación de sus instalaciones había arrancado hace más de un año, aunque la pandemia puso un freno. Tras el parate, hoy el trabajo se ve acotado por burbujas y grupos separados, pero no cesan en el afán de volver a competir y seguir renovando el club.