La receta con la que contaban los hermanos Marcelo y Daniel Armando era preliminar, aunque por entonces representó también un punto de partida. Hicieron dos litros de vermut y la iniciativa quedó a un costado, lista para ser retomada en cualquier momento. Ese instante llegó ahora, cuando decidieron volver a las fuentes, mejoraron la fórmula y elaboraron una bebida con identidad bien roldanense. Así nació vermut Arrabal, de raíces autóctonas y una simbiosis directa con uno de los barrios tradicionales de la ciudad.“El proyecto del vermut surgió junto en una charla familiar. Mi hermano es diseñador gráfico y yo sommelier de vinos. Siempre tuvimos ganas de hacer algo juntos”, describió Marcelo en diálogo con El Roldanense, sobre el origen de la bebida. “En esa época yo tenía una vinoteca en la ciudad, Vins de Garage era su nombre. Vendía cerveza artesanal y sidra tirada. Por entonces, ya pensaba hacer lo mismo con el vermut”, contó desde su hogar en Roldán, en las horas previas a realizar la primera distribución de la marca.El nombre con el que denominaron al vermut salió casi de forma espontánea, sin embargo tiene su génesis en un lugar de Roldán que lo adoptó como si hubiese nacido allí. “Me gustaba mucho por la cercanía de mí negocio de aquel momento con el barrio donde hice muy buena onda con la gente”, precisó. “Quería darle un homenaje al barrio y a la ciudad que elegí para criar a mis hijos”, profundizó. En tanto, Daniel, que es diseñador gráfico, tatuador y “amante del arte tradicional”, creó la etiqueta e imagen de la firma.La maceración de Arrabal se hace íntegramente en Roldán, en tanto el embotellado se hace en Rosario, donde vive uno de ellos. “El vermut está hecho a base de vino bonarda y la materia prima viene de diferentes lugares del país. Nosotros hacemos todo el proceso desde la selección de hierbas hasta el etiquetado”, señaló Marcelo. A la vez, se mostró orgulloso por crear el primer producto de este tipo en Roldán y la región. “En Rosario y a lo largo del país, el vermut sigue creciendo día a día. Está bueno porque este es el primer vermut roldanense”, detalló.“Esta bebida tiene un gran potencial de crecimiento y es algo que te lleva a las viejas costumbres y tradiciones, el ritual antes del asado con tus viejos, abuelos, amigos y familia”, manifestó él, enfatizando la posibilidad de rescatar hábitos de otras épocas. “Se trata de ese aperitivo antes o después de comer, una costumbre que se está volviendo cada vez más fuerte, y el vermut es eso, compartir con tu gente. En estos tiempos digitales es ideal volver a las cosas simples, así sea por un rato”, expresó.El objetivo de ambos hermanos es que su creación esté a la venta pronto en locales, vinotecas y bares de la ciudad. También piensan realizar degustaciones en comercios de Roldán y otros eventos de ese tipo para dar a conocer el producto. “Hacer el vermut es algo que venía pensando y deseando desde hace mucho tiempo, y significa una satisfacción enorme. Realizarlo junto a mi hermano le da un plus más grande todavía”, aseguró Marcelo. Su ideal de honrar las raíces derivó en un aperitivo bien de acá que pronto verá la luz.