Villa Flores el día después: cómo está el barrio tras la muerte del Pollo Ordoñez y el incendio de la casa del agresor
Las calles reflejaban el estupor en la noche del martes, que tuvo un revuelo policial casi inusual para la zona. El barrio amaneció “con un nudo en el pecho” y la indignación de que algo así podía suceder.
Dos horas después del trágico hecho sucedido en el barrio el martes por la tarde, las calles de Villa Flores transmitían tensión, sobre todo en las inmediaciones al lugar donde se registró el homicidio. Las cuadras se veían atiborradas de gente mirando hacia los cuatro costados, en estado de shock y a la expectativa de qué podría suceder a continuación. Como si el clima que se generó instantes después del hecho presagiara algo que podría explotar en cualquier momento.Así como la ambulancia en la que llegó el herido era escoltada por dos patrulleros en la parte trasera del Samco local, el barrio tuvo un revuelo policial durante la noche que los vecinos aseguran que es inusual. Instantes después del incendio de la casa donde vive el presunto homicida, un efectivo policial repetía “nos vamos y volvemos”, mientras llegaban dos nuevas patrullas. Incluso, una vecina gritó “esto va a seguir y no para”, cuando este medio se hizo presente en el barrio.La oscuridad se adueñó de muchas cuadras conforme al paso de las horas y los autos se desplazaban con cuidado. Un gran número de personas con semblante taciturno se desplazaban de una calle a otra, otros esperaban en grupo sobre un costado y las charlas entre vecinos se repetían en las veredas. Muchas de las esquinas cercanas a la calle JJ Valle se encontraban repletas de residentes de la zona, quienes hoy repiten que algo así podía suceder y que ya habían alertado sobre la problemática que atraviesan.Poco más de 12 horas luego, Villa Flores despertó con el golpe de lo sucedido todavía latente. “Amanecimos con un nudo en el pecho. Se sobrevivió luego del terror, el miedo, la impotencia, corridas de patrulleros y amenazas entre malvivientes”, contó un vecino a El Roldanense, y agregó que en su momento las autoridades negaron la ayuda para la familia del joven asesinado. “Advertimos lo que venía pasando desde hace meses. Esto se podría haber evitado”, expresó.Muchos de los comentarios que se repitieron en la ciudad durante la mañana del miércoles hablaron del barrio como “tierra de nadie”, pero ninguno mejor que quienes viven en la zona para graficarlo. “Son pocos los vecinos con quienes se charla, la mayoría son delincuentes o están metidos en la droga”, repitió otra de las fuentes consultadas. “Ya son dos muertos en cinco años en la misma cuadra. Sabemos que es un lugar peligroso, la gente tiene miedo. La verdad es que se vive muy mal, tenemos indignación total”, describieron.Al hablar sobre la realidad que atravesaba el joven asesinado, otro de los vecinos señaló que se trataba de un chico abandonado por su madre luego del fallecimiento de su padre. “Cuando los hermanos fueron dados en adopción, dejaron a dos, el fallecido y uno más. Se criaron en la soledad, robando o pidiendo para comer. Hoy va a quedar solo un menor y vivían de forma inhumana”, detalló. “No es fácil este momento, pero creemos que va a volver a pasar y esto no es de ahora, hay muchos culpables”, pronunciaron.