Por: Carolina Salcedo, candidata a concejal por el Frente Amplio por la Soberanía (FAS)

Hasta siempre Francisco!

La muerte del Papa Francisco es una pérdida irreparable para todos los pueblos del mundo que abrazan las causas justas, la soberanía de las naciones y la igualdad.

En un mundo marcado por el individualismo y el consumismo fue un líder espiritual y político que vino a traer un mensaje de humanismo, humildad y verdadera comunión con el prójimo. De un sueño Latinoamericano inconcluso de San Martín y Bolívar, de un sur unido y libre.

Francisco abrió las puertas de la iglesia a todas y todos sin dejar a nadie afuera, cuestionó las consecuencias brutales del sistema extractivista reinante, que sólo empobrece y arrasa comunidades. Acercó a la iglesia nuevamente a fieles descreídos y reunió nuevos creyentes, sólo con la bondad de su ejemplo.

Recalcó la deuda moral de los países del norte sobre el sur, y Latinoamérica toda.

Fue el Papa que permitió que las mujeres puedan tener por primera vez un papel más importante dentro de la iglesia, y el que puso en el pesebre a un niño palestino.

El que pidió disculpas en nombre de otros, por los abusos, a las mujeres, y a los pueblos originarios y llamó a todos a actuar con valentía y con justicia.

El que enunció: “Tierra, techo y trabajo son derechos sagrados”

Fue el que clamó por la defensa del ambiente y nuestra madre tierra a partir de su encíclica “Laudato Si’, pero no se quedó en las palabras y llevó sus convicciones a las cumbres de Paris, la ONU y Rio +20.

Lamentamos la pérdida de un hombre bueno, y sencillo cómo pocos. El Papá que dejó un legado, de Iglesia más humana, más cercana a los más humildes, defensora de la naturaleza y los pueblos oprimidos, un amante de la paz y el diálogo, que llamó a los jóvenes a que “hagan lío”, y esperamos con esperanza que su obra y mensaje continúe y se profundice.