Si bien los episodios de vandalismo contra los contenedores de residuos no son nuevos ni exclusivos de esta ciudad, hace aproximadamente dos meses que la Municipalidad viene registrando una nueva modalidad que se suma a los incendios y robos: los recipientes dados vuelta. Esto genera contaminación, suciedad, más trabajo para los recolectores, y pérdidas económicas.

Cuando Medioambiente empezó a detectar la situación decidió poner énfasis en el cierre de tapas, dejando indicaciones precisas al equipo recolector, para evitar el retiro y posterior desarme que suelen hacer los perros sueltos. “A los pocos días de seguimiento nos encontrábamos con todas las tapas abiertas. Conformamos entonces una cuadrilla para juntar residuos dispersos, que hace un trabajo increíble y de impacto directo. Pero lamentablemente a los pocos días de su funcionamiento, surgió una nueva situación: empezamos a encontrar contenedores tumbados, inclusive dados vuelta”, describió a El Roldanense la secretaria del área Brenda Zaldívar.

“Tumbar o dar vuelta un contenedor que tiene residuos, requiere mucha fuerza, porque son objetos pesados y voluminosos. Lo penoso de la situación es que los primeros perjudicados son las personas que realizan la recolección, porque la tarea es más lenta y trabajosa; y también los vecinos, que ven más sucias las calles”, agregó la funcionaria.

Además de estos dos problemas, se agrega también que se genera una gran contaminación ambiental cuando los residuos se alejan del entorno de los contenedores. “No nos atrevemos a sacar conclusiones, pero sí estamos ante acciones deliberadas, que no se registraban con esta frecuencia en los primeros 15 meses de gestión”, especificó Zaldivar.

El casco urbano es la zona donde se está registrando puntualmente la situación, y ya tienen las calles puntualizadas, de modo que solicitaron a la Central de Monitoreo que preste especial atención para poder actuar de manera inmediata cuando estén ocurriendo.