Aniversario de la tragedia de calle Salta y el recuerdo de Duke: el perro de Roldán que fue uno de los primeros en llegar
El can del cuartel local prestó apoyo aquel fatídico día de la explosión. “Fue mi perro escuela, por eso el sentimiento que se juntó al hacerlo trabajar en una situación tan riesgosa”, dijo Diego, quien fuera su instructor.

Como si se tratara de tinta indeleble, la tragedia de calle Salta 2141 quedó impregnada en la memoria colectiva de Rosario y la región. Este miércoles se cumplen 13 años de aquel fatídico episodio, que dejó 22 personas fallecidas y pronto tuvo un alcance nacional, hasta traspasar las fronteras del país. La tarea de bomberos y rescatistas fue lo más valioso en aquellos días de estupor y silencio. Y así como fueron parte muchos de los integrantes del cuartel local, también allí trabajó Duke, el perro de la brigada de Roldán.
“La explosión fue a las 9:38 horas. A los 10 minutos fui convocado en mi teléfono personal por el jefe de operaciones para que me hiciera presente en Salta y Oroño, por lo que presuntamente era la explosión de una caldera”, contó Diego Sánchez, bombero e instructor del can, a El Roldanense. “Automáticamente, empezó a sonar la sirena de los bomberos de la ciudad para que prestáramos apoyo. Cargamos rápido a Duke y todo el equipamiento, y salimos hacia Rosario sin saber con certeza lo que estaba pasando”, describió.
Una vez que se hicieron presentes en el lugar, se abocaron al rescate de las personas vivas que se podían encontrar a simple vista. Luego, comenzaron el trabajo con perros y sondas. “Fue un momento impactante para todos y un gran desafío para quienes desde hace tiempo veníamos formando perros de rescate”, recordó Diego. “En ese tiempo había un perro de la policía de Santa Fe que se llamaba Baloo y trabajó activamente en calle Salta. También había dos de los bomberos de Alcorta y el nuestro, de la ciudad de Roldán”, afirmó.
Hacía cuatro años que formaba parte de la unidad de rescate K9. “Representó un desafío porque comenzamos a trabajar a las 10 de la mañana y recién a las 14 pudimos obturar la pérdida de gas. Mientras hacíamos las tareas de rescate, el edificio crujía en todo momento, hacía ruidos y se caían pedazos”, rememoró Sánchez, actual coordinador de operaciones SMS en el aeropuerto. “Los que ingresaban a trabajar allí eran nuestros perros, quienes también formaban parte de nuestras vidas y eran mascotas”, señaló.
«Pudimos dar lo mejor de nosotros. Luego llegaron perros que tenían más experiencia y les dimos lugar, aunque ese fue nuestro bautismo”, pronunció. “»Duke fue mi perro escuela, por eso el sentimiento que se juntó al hacerlo trabajar en una situación tan riesgosa”, comentó emocionado al recordar a su amigo fiel. “Hoy en día las brigadas tienen apoyo económico y existe un comando único en todo el país, donde los perros están certificados. Lo nuestro era a pulmón. Actualmente, Roldán tiene una excelente brigada que presta apoyo en diferentes operativos”, valoró.