La Ciudad

Aventura en marcha: la familia roldanense que preparó su motorhome en 2021 y ya salió a las rutas

Dedicaron el año pasado a la camperización del colectivo y ya se preparan para vivir viajando. Cuentan cómo transformaron artesanalmente el vehículo y los pasos que siguen. Mirá el colectivo por dentro.

La familia Wainer dedicó el 2021 a la transformación del colectivo que había comprado a fines del año anterior. Camperizaron el vehículo y lo transformaron en un motorhome, exhibiendo el día a día en su cuenta de Instagram denominada “Felices Viajando”. Aquel bus de media distancia, un Mercedes Benz modelo 2000 que transportaba un total de 48 pasajeros, mutó en “Sofía”, el nombre de la nueva casa rodante. Transitaron los últimos días con la adrenalina del comienzo de una nueva aventura y, tal como estaba estipulado, pusieron primera a inicios de 2022.

“Terminé de trabajar el sábado y preparamos todo lo que faltaba para dejar lista nuestra casa, que la dejamos alquilada”, dice Matías a El Roldanense. Allá por diciembre del 2020, este medio había contado la historia detrás de la iniciativa de vivir viajando y el itinerario que tenían preparado. El último domingo, la familia salió a las rutas a bordo de su nuevo hogar y viajó hasta Concepción del Uruguay, Entre Ríos, donde vive gran parte de la familia de Nadia. En la semana, terminarán de finiquitar detalles para hacer el cruce Paso de los Libres – Uruguayana, hacia Brasil.

El trabajo puertas adentro de Sofía también tuvo su correspondencia en lo que hace a su funcionamiento. “Hicimos todo lo que se pudo hacer hasta que arrancamos el viaje, llámese últimos ajustes, cambio de parabrisas, inspección técnica, vigía de ruedas, todo lo necesario para estar tranquilos y seguros en lo que refiere a la mecánica y el motor”, explica Matías. Aún queda trabajo por hacer, pero aprovecharán la semana de estadía en tierra entrerriana para asistir a la Fiesta de la Playa, un evento al que concurren asiduamente y en el que se presentan diferentes artistas populares.

A la hora de hablar sobre el profundo cambio que realizaron en conjunto para aclimatar la casa dentro del colectivo, señala que una de las primeras tareas fue desmantelarlo íntegramente. “Se sacaron todos los asientos, paneles, alfombras y revestimientos. Se cambió el piso que estaba en mal estado, y cambiamos el aire acondicionado, que ocupaba mucho lugar”, describe. “Decidimos hacer un pasillo al costado para la repartición de los diferentes ambientes, impermeabilizamos, aislamos térmica y acústicamente, revestimos con madera e hicimos los diferentes ambientes con estructura de durlock”, profundiza.

Sin embargo, el trabajo no quedó allí, sino que hubo mucho más. “También realizamos pisos y techos de PVC con cielorraso, cortinas, amoblamientos, instalación de gas, agua y electricidad. Hicimos energía solar con paneles e inversor y tenemos todo a 220. Cambiamos las salidas de emergencia que eran de fibra y ahora son de vidrio, con unas ventanas hermosas”, detalla. Además, expresa orgulloso algo que vale la pena aclarar: “Todo fue hecho por nosotros, junto a Nadia y los chicos Santino y Julián, artesanalmente”.

La primera parte del bus, con cocina, living y comedor, ocupa la mitad del espacio. “Luego, hay un baño con un inodoro, ducha y lavabo normal, una habitación con dos camas en L para los chicos, una de las cuales se puede levantar hacia la pared para que haya más espacio, y la habitación matrimonial”, expresa Matías. Incluso, todos los muebles fueron hechos con bauleras y se pueden reacondicionar, por ejemplo el sillón del living que se puede transformar en dos camas matrimoniales y permitir que allí puedan dormir cuatro personas más.

El video en su cuenta de Instagram reflejó la felicidad familiar una vez pusieron primera. De cualquier manera, Matías señala que en los últimos días “las emociones fueron terribles”. “Personalmente, una adrenalina y una descarga hermosas. Nosotros decimos que el viaje comenzó cuando tomamos la decisión de este proyecto. Se materializó cuando compramos el colectivo, teníamos un bondi de 12 metros estacionado en la puerta de casa”, dice. A la vez, admite que en el día a día no lograba tomar real dimensión del cambio interno del cole, pero muchos amigos y familiares sí tomaban consideración y los felicitaban.

“Haber entrado en movimiento y entregar mi casa en alquiler, que es parte del ingreso que tendremos en el viaje, fue hermoso y muy lindo. Se cumplió una de las etapas de este proyecto, que es salir a las rutas. Ahora veremos cómo es esto de vivir viajando”, narra sin querer avizorar mucho a futuro. Si bien próximamente harán el viaje a Brasil, todavía no tiene estudiado dónde estacionar de acuerdo a lo que necesita el colectivo. El armado del bondi se llevó gran parte de las horas y ya habrá tiempo para analizar la próxima parada.

En paralelo al viaje, la familia no descarta un sponsoreo para su colectivo, una iniciativa que permita mostrar el nombre de alguna marca a los costados. Igualmente, Santorini les dio ropa y gorras para hacer promoción. De cara a lo que sigue, hay trabajo por hacer: “Estoy poniendo cerraduras a todas las bauleras, me queda conectar la bomba de agua y probar si funciona todo el sistema, junto a una falla de paneles que tengo que resolver”, dice.

El viaje y la aventura ya están en marcha, sin embargo él asegura que dentro del cole “tengo todo despelotado porque metí los bolsos para poder entregar la casa”. Queda asignarle un lugar determinado a cada elemento, algo que harán los cuatro conforme al paso de los días. Mientras tanto, el primer paso está dado y los Wainer se lanzan a recorrer Sudamérica, el primer punto de un viaje que puede ser más largo. “A medida que me vaya desligando del laburo en el cole, voy a dedicarme mucho más a las redes”, cuenta Matías. Una historia que recién arranca.

Mira el cole por dentro:

 

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