La Ciudad

Brigada canina: avanza la formación de Fito y buscarán que este año sea avalado por la Federación

La Regional de Bomberos Voluntarios no tiene perros especializados, por lo que aún hay una serie de pasos por dar. La capacitación del pastor belga se orienta a la búsqueda de personas en grandes espacios verdes.

A un año de haber comenzado con la tarea de formación de Fito para su incorporación al cuerpo de bomberos voluntarios, el proyecto local K9 comenzó 2023 con la búsqueda paralela de que la idea se profundice. Es que la Regional a la que pertenece Roldán aún no cuenta con brigada canina, por lo que existe aún una serie de pasos que se deberán dar progresivamente durante los meses venideros para su adecuación local. Mientras tanto, la preparación del perro, llevada a cabo por miembros del cuartel de la ciudad, continúa y no se detiene.

El pastor belga malinois tiene actualmente un año y tres meses, y se espera que pueda estar operativo cuando cumpla dos años y medio de vida. “No podemos avanzar y estamos un poquito estancados ahí, en lo que es formación y capacitación formal tanto del perro como de su binomio humano, es decir yo”, contó Pablo Varela, integrante del cuartel y guía del animal, a El Roldanense. Durante este tiempo, tanto él como sus laderos en este proyecto, Araceli y David, se apoyaron en bibliografía aportada por Florencia, quien adquirió experiencia al realizar un trabajo similar en el cuartel de Correa.

“La formación se basa en una serie de pruebas que se le hacen al perro para las certificaciones. Para la búsqueda, el animal debe estar avalado por la Federación Santafesina de Asociaciones de Bomberos Voluntarios”, detalló Pablo. De todas maneras, en los peldaños de la escalera, primero está la Regional, para luego seguir subiendo. En ese sentido, marcó que los voluntarios de Funes también están formando a una perra para incorporarla al cuerpo activo, algo que significa una ventaja ya que ambos cuarteles representan al mismo organismo.

¿En qué se centra el aprendizaje? Fito es hoy un cachorro adolescente que debe alcanzar su maduración psicológica. Igualmente, los plazos para que sea operativo son los que se prevén. “La enseñanza se basa en juegos. Aprende desde cachorrito a jugar y, mediante eso, lo vamos llevando hacia el lugar que necesitamos, la búsqueda. El perro asocia el juego con una fuente de olor, el olor de un humano vivo, para la búsqueda en grandes áreas”, describió el guía. “Debe acostumbrarse a diferentes situaciones, como pisar pisos flojos, chapas, escombros, cosas con las que se podrá encontrar en una situación real”, añadió.

Con este ideal, el equipo diseñó un parque para que el perro aprenda a saltar obstáculos, pasar por debajo de un puente, atravesar un túnel y asimilar distintas cuestiones. De hecho, es normal ver a Pablo salir a caminar por la ciudad junto a Fito, para que el animal pueda socializar y aprenda a mantener la calma, aún con el paso de bicicletas o el encuentro con otros canes. “Esta raza es de alto rendimiento. El perro reúne las condiciones desde un principio. Está bastante animado a la búsqueda y venimos bien encaminados”, contó.

Hay mucho tiempo invertido. Son siete horas semanales, es decir una por día, que igualmente no es continua ni en el mismo sitio. Si bien el entrenamiento es parecido al de un animal que ingresa a estructuras colapsadas, la preparación de Fito se orienta al paisaje predominante en Roldán. “¿Qué tenemos, grandes áreas verdes? Empecemos por allí. A la vez, hay lugares peligrosos, como montecitos donde se puede perder o extraviar alguien, o cascos de estancias abandonados a los que la gente va por curiosidad”, explicó. “Se trata de que encuentre pero no llegue a tocar a la víctima, sino que avise a los rescatistas”, sumó.

Consultado sobre hasta qué edad el perro podría prestar servicio en el cuartel, Pablo señaló que es algo relativo y depende de su estado físico. “Generalmente, llegan a estar operativos hasta los ocho o nueve años. El trabajo y el entrenamiento son exigentes, por lo que vamos a ir viendo el desgaste en el tiempo”, precisó. Fito es su perro escuela, con quien también aprende día a día más allá de que tiene experiencia con perros. “En esto soy un novato. El desafío es para ambos y lo quería hacer hace mucho tiempo, pero no fue hasta que conocimos a Florencia que pudimos concretarlo”.

Los cuatro integrantes de la brigada canina local son bomberos, en tanto que el perro es hoy en día un aspirante más. “Es parte de las reuniones, ya que dentro del entrenamiento debe ser social. El cuartel es un lugar ruidoso por los camiones, las sirenas, y el perro debe acostumbrarse a eso, al espacio, al trato con la gente”, expresó Varela. Su familia trabaja hace más de 40 años en adiestramiento canino, disciplina y guardia, en tanto que él se sumó hace poco menos de una década y agregaron peluquería y guardería.

“Hay muchas cosas que se pueden agilizar teniendo perros en la zona. Tenemos que saber qué estamos buscando y por dónde. Debemos tener una pista para empezar. El perro es amigable, cariñoso, un grandulón adolescente”, narró el binomio humano de esta sociedad. “Vamos a charlar para ver cómo la brigada regional se puede reactivar. Y mediante esto, poder llegar a la Federación Santafesina”, destacó sobre el gran objetivo de este año. “Tenemos muchas ganas de concretar la capacitación formal de Fito”, se esperanzó.

 

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