Un radar ubicado por la A012 a la altura de la vecina localidad de Ricardone ha generado una ola de reclamos y enojos por parte de automovilistas que fueron captados en infracción desde fines del año pasado, para luego recibir multas de hasta 4000 pesos. Según se argumenta en los más de mil descargos presentados hasta el momento, el dispositivo se encuentra prácticamente escondido y se anuncia sólo cien metros antes, cuando por ley esa distancia está establecida en 500.

Tal como informa hoy el diario La Capital, el detector está localizado a la altura del kilómetro 60 del corredor vial. Y es justamente en esa zona que existen -en un tramo de 300 metros- tres indicadores de reducción de velocidad con máximas de 100, 80 y 60 kilómetros por hora. Así, resulta dificultoso evadir la captura de la cámara y la situación es entendida casi como una trampa. Y más aún: reaviva el debate sobre la finalidad de este tipo de instrumentos: ¿Seguridad o recaudación?

A los capturados por el cinemómetro y apuntados como contraventores se les exige pagar 2019 pesos, tal como consta en las intimaciones no siempre llegan a sus domicilios. Y si éstos no responden con la correspondientoe erogación o se demoran en el pago, reciben una nueva sentencia del Juzgado de Faltas, pero esta vez por un monto de 4000 pesos.

«Desde octubre del año pasado me ha tocado asesorar a más de mil conductores para que presenten los descargos por estas fotomultas, los cuales han sido aceptados en su mayoría por la comuna y se ha revocado la infracción. Esto es un cazabobos: el que no se defiende, es boleta. Por eso es tan necesario conocer nuestros derechos», señaló Marcelo Remondino, fundador de la oficina municipal de la Defensa al Consumidor de San Lorenzo, en diálogo con el medio rosarino.