Dar y recibir: la roldanense que forma parte de un voluntariado premiado en Rosario
Jorgelina Cano subió al escenario para recibir la distinción Madre Selva en la Plataforma Lavardén. El equipo trabaja de forma desinteresada en la maternidad del hospital Roque Sáenz Peña.
En nombre del voluntariado del que forma parte en el hospital Roque Sáenz Peña de Rosario, la roldanense Jorgelina Cano recibió el premio “Madre Selva” en la plataforma Lavardén. La distinción reconoce el trabajo que realizan cada semana de forma desinteresada en el nosocomio, ya sea juntando donaciones, acompañando o brindando una palabra de aliento. Aún con la alegría que le produjo el reconocimiento, Cano manifestó que la verdadera intención del grupo es que se difunda su actividad diaria y que más personas se unan a la causa.“El voluntariado se encarga de ver las necesidades de todos los pacientes que están internados. Lo visito todos los viernes por la tarde, hay muchas necesidades en el hospital”, contó Jorgelina a El Roldanense. “A mí me gusta mucho ir a Neonatología, donde se encuentran los bebés prematuros y sus mamis, que por lo general se quedan allí durante horas, algunas por muchos días y meses”, describió. Asiduamente recolectan donaciones de pañales, elementos de higiene personal, ropa de bebé, ropa de adultos, zapatos, toallas, mantas y cochecitos, “ya que todo sirve”.En noviembre se cumplirá un año desde la puesta en marcha de esta iniciativa, que funciona de lunes a viernes y cuenta con grupos que van mañana y tarde, cada uno con su día y horario específico. “Antes no había en el hospital voluntarias y tenemos un espacio muy pequeño, pero el corazón de todas las personas que se acercan a donar es muy grande”, afirmó Cano, quien es maestra jardinera y, al mejor estilo Pach Adams, se transformó durante un tiempo en Pita, un payaso hospitalario. Además, formó parte de la ONG local Padres Autismo Roldán.Cano se preocupa en destacar que la del Sáenz Peña es una de las maternidades donde el parte es respetado y pone énfasis en la incorporación reciente de un hombre al voluntariado, “una actividad que por ahí se cree que es solo para mujeres”. “No se trata solamente de entregar cosas, es fundamental acercarse, conversar y escuchar. Un abrazo, una sonrisa o una palabra hacen magia. El premio más grande uno lo tiene todos los días con un simple gesto y que las mamás te digan ‘qué bueno que viniste, te extrañé toda la semana’”, pronunció.“Estar premiadas con el ‘Madre Selva’, una distinción muy importante de Rosario, es un orgullo y un mimo. Que pensaran en nuestro espacio es totalmente gratificante”, afirmó Jorgelina. “Mediante estos reconocimientos, la gente se entera de que existe un voluntariado y que de alguna forma puede participar”, explicó, y refirió a modo de corolario: “Me llena el alma ser voluntaria, es muy difícil de explicar lo que uno siente cada tarde. Lo fundamental es dar contención, una palabra para calmar el dolor y que cada mamá sepa que puede contar con un oído atento. Se trata de dar y recibir”.
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